El Papa emérito Benedicto XVI murió este sábado 31 de diciembre a los 95 años. Se produjo luego de haberse agravado su estado de salud días antes de la Navidad, a causa de problemas respiratorios.
El papa Francisco fue el primero en llegar hasta su lecho de muerte para darle una bendición final y rezar. El alemán Joseph Ratzinger residía en el monasterio "Madre de la Iglesia'', en la Ciudad del Vaticano, después de haber renunciado como pontífice, decisión que desencadenó en la asunción de Jorge Bergoglio como máxima autoridad de la Iglesia Católica.
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El argentino le rindió un conmovedor homenaje a su predecesor. “Con emoción recordamos a una persona tan noble, y bondadosa”, dijo durante las oraciones por el fin de año en la Basílica de San Pedro. Según lo publicado por Elisabetta Piqué en La Nación, las últimas palabras que pronunció Benedicto XVI fueron “Jesus, ich liebe dich” (“Jesús, te amo”, en alemán).

Y agregó: “Sentimos en el corazón mucha gratitud, gratitud a Dios por haberlo donado a la Iglesia y al mundo, y gratitud a él por todo el bien que cumplió y, sobre todo, por su testimonio de fe y de oración, especialmente en estos últimos años de vida retirada”, señaló Francisco en su homilía.
La llegada de Benedicto al papado
Era arzobispo de Munich cuando el 19 de abril de 2005 fue designado como 265° pontífice, en reemplazo de Juan Pablo II, quien falleció el 2 de abril de ese mismo año.
Benedicto XVI presentó su dimisión el 28 de febrero de 2013, aduciendo problemas de salud. "Sentía que no me alcanzaban las fuerzas", expresó, luego de manifestar que permanecería como una figura emérita.