La catedral de Notre Dame de París ardió este lunes durante más de cinco horas. El fuego se habría iniciado en el interior de este símbolo francés, más precisamente en su techo, donde estaban realizando tareas de renovación.
La aguja central de la Iglesia colapsó cuando estaba envuelta en llamas. El techo también se derrumbó cuando los bomberos intentaban sofocar el incendio. Durante largas horas estuvieron trabajando y aún continúan para evitar que se propague. Creen que la estructura está a salvo.
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El monumento histórico de París, visitado por 13 millones de turistas al año, esconde misterios y curiosidades que vuelven a salir a la luz en medio de este drama que tiene al mundo en vilo. Acá, algunas de esas leyendas magníficas:
Quasimodo, el jorobado de Notre Dame: surge de la novela Nuestra Señora de París publicada por el escritor francés Victor Hugo en 1831. Disney llevó su versión animada al cine de este personaje que se enamora de una gitana de nombre Esmeralda.
Pero si bien algunos consideran que surgió de la imaginación de Victor Hugo, todo indicaría que en realidad existió el jorobado y sería un hombre que trabajó como carpintero en una de las tantas remodelaciones de la catedral.
La Puerta del Diablo: el joven herrero Biscornet fue el encargado de realizar las terminaciones de una de las puertas laterales de la Iglesia, llamada Santa Ana. Pero además, es protagonista de uno de los relatos que es recordado como la Maldición de Notre Dame.
Según cuenta la leyenda, después de pasar día y noche trabajando, el artesano invocó al Diablo que le habría ofrecido ayuda para terminar su trabajo a cambio de su alma. Fue así como el mismísimo demonio consiguió su cometido y, poco tiempo después de finalizar la obra, Biscornet apareció muerto.
El día de la inauguración, nadie podía abrir las puertas. Un sacerdote a cargo de la ceremonia arrojó agua bendita y logró abrirlas. ¿Habrá sido por pacto con el Diablo?
Las gárgolas: estas criaturas representaban la maldad, los demonios y el dolor para los pecadores después de su muerte. Esto era lo que despertaba en los creyentes en la Edad Media. Pero uno de los mitos más conocidos en torno a estas esculturas, tienen que ver con el asesinato de Juana de Arco, acusada de herejía y quemada en la hoguera. Las gárgolas habrían cobrado vida en la noche para vengar su muerte y arrasaron en la ciudad.