Llegaron a Kiev, capital de Ucrania, el 25 de febrero. Viajaron para cumplir el sueño de ser padres. Sus mellizos nacieron en perfecto estado de salud, pero en esos mismos días el mundo entero cambió debido al coronavirus y la familia quedó varada.
Estuvieron más de dos meses sin poder regresar a Argentina. Pasaron por momentos de desesperación y temor. Más allá de la incertidumbre de sobrevivir en un país extranjero en esta situación de pandemia, la pareja cordobesa estaba junto a sus recién nacidos sin posibilidad de recibir asistencia médica de urgencia en caso de ser necesario.
Argentina y Martín Miguel (por el caudillo), los nombres de los bebés.
Un regreso de película
Después de tanta espera, apareció la esperanza de poder volver. El operativo no era fácil: Ucrania es un país alejado de Roma y Madrid, capitales de Europa Central desde donde salen vuelos "especiales" hacia Argentina.
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Los cordobeses, junto a otro matrimonio oriundo de Buenos Aires que también viajó para tener un hijo por gestación subrogada, fueron llevados en los autos de la embajada argentina desde Kiev hasta Minsk, capital de Bielorrusia.
“15 horas de viaje, siete controles militares, cruzando pueblos fantasma con lluvia y miedo de que en algún momento no nos dejen seguir el recorrido”, describió la mamá de los mellizos a El Doce.
El territorio entre Ucrania y Bielorrusia no es una zona geopolítica tranquila, por lo que el acompañamiento de las autoridades argentinas fue crucial para que ambas familias puedan cruzar la frontera, donde estuvieron más de tres hora antes de ser admitidos. De todas maneras, las tensiones se mantuvieron hasta último momento.
“En cada control teníamos temor. Fue problemático hasta en los peajes, donde nos exigían permisos y documentación. A los bebés les cambiábamos los pañales y alimentábamos arriba del auto: no podíamos bajar a comprar nada”, agregó además la mujer. Con su esposo nombraron a sus hijos Argentina y Martín Miguel (como el caudillo).
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A pesar del nerviosismo, el objetivo se cumplió y llegaron a la capital de Bielorrusia. Allí, lograron tomar un vuelo directo a Roma. La familia tenía pasaje de regreso con otra empresa, pero debido a las cancelaciones tuvieron que comprar nuevos boletos con Aerolíneas Argentinas (890 euros cada uno de los adultos), para poder regresar al país.
Los mellizos, en el avión.
Una vez aterrizados en el aeropuerto de Ezeiza, comenzó la segunda parte de la odisea: el viaje en colectivo hasta Córdoba. Se trata del operativo dispuesto por el ministerio de Transporte de la Nación para que los viajeros de las distintas provincias puedan regresar a sus domicilios.
“El colectivo estaba repleto. Tuvo algunas paradas y se rompió dos veces. En medio del viaje nos cambiaron de vehículo. Tardamos 13 horas para llegar a Córdoba”, contó la mamá de los bebés.
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Fueron más de tres días de viaje. Parte en auto por territorios desconocidos, miles de kilómetros en aviones esquivando el riesgo de COVID-19 en los aeropuertos, y por último un colectivo para el trayecto final. Todo eso con dos bebés recién nacidos, pero la familia logró soportarlo y sin dudas la historia los marcará para siempre.
Ahora, ya aislados en su vivienda en el interior provincial, la pareja junto a sus mellizos repasa detalle por detalle lo ocurrido y agradece estar en buenas condiciones de salud tras la increíble aventura superada.