Las revelaciones que surgen en torno a Dmitry Baksheev (35) y Natalia Baksheeva (42) son de película. O, mejor dicho, ni en una película de terror pueden imaginarse escenas como las que hoy impactan en Rusia y en el mundo entero.
De acuerdo a los últimos datos de la investigación, los acusados no se habrían conformado con asesinar y comer a 30 personas: también habrían usado la carne humana para cocinar pasteles que vendían a restaurantes y otros locales de la ciudad de Krasnodar. La mujer, encargada de ofrecer sus productos, se presentaba como "proveedora de carne".
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"Fue en 2010. Me hizo muchas preguntas. Quería saber dónde comprábamos nuestra carne y cuán fresca era. Me dejó en claro que nos podía vender, pero nosotros sólo trabajamos con proveedores certificados. Se comenta que trabajó como chef. La Policía debería investigar dónde lo hizo", dijo Vitaly Yakubenki, propietario de una cafetería.
Otro vecino contó que le ofreció "pasteles". Al consultarle cómo los rellenaba, le contestó de una manera que hoy revuelve el estómago. "Con lo que encuentre", respondió la detenida. Un rumor todavía más macabro difundido por medios rusos señala que Natalia le regalaba productos de carne humana a reclutas de una academia militar donde trabajaba como enfermera.
Un celular, la clave
Baksheev perdió el celular en la calle y esa distracción lo condenó. En el teléfono encontraron fotos de canibalismo explícito -en una de ellas el hombre luce una mano humana en la boca- que provocaron un allanamiento en su casa. Allí la Policía dio con restos humanos guardados en latas de conserva y logró identificar a siete víctimas de los asesinatos. La última sería una vecina que desapareció tiempo atrás.