Kaylee Muthart vivió un calvario, cuando en febrero frente a una iglesia, la joven de 20 años experimentó un ataque de alucinaciones y se arrancó los ojos, por su adicción a la metanfetamina.
Ese día estaba tan drogada que no pudo controlar sus impulsos y se autoagredió, hoy a más de tres meses dijo estar “limpia”.
Al salir de su recuperación aseguró que tomó conciencia de que debía hacer un cambio profundo en su vida, de lo contrario no se prolongaría mucho más.
Ahora, Kaylee en su casa recibe la ayuda de su mamá, ya que no puede valerse por si misma y debió comenzar un entrenamiento intensivo de movilidad y orientación, básico para poder trasladarse.
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La joven tiene una gran fortaleza ya que soportó la tristeza de saber que nunca más iba a poder ver y no tuvo recaídas en su adicción.
Así es como comenzó a aprender a tocar la guitarra y desde hace unas semanas, hasta empezó a seguir películas de Netflix, por medio de los audios descriptivos que poseen algunas de las series y filmes.
Además dijo ser muy optimista y contó que el momento más placentero y contradictorio de sus días es cuando duerme, ya que sueña en colores, "es como poder volver a ver. Es reconfortante porque está lleno de colores. Me gusta dormir porque es como si pudiera volver a ver".
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El próximo 3 de julio será un día muy especial para Kaylee, ya que se someterá a una nueva operación, para que le coloquen prótesis artificiales en sus órbitas oculares. Si bien, seguirá siendo ciega, pero quiere al menos recuperar el brillo celeste que alguna vez tuvieron sus ojos, porque su alma ya se sanó.