Cuando todos esperaban ansiosos la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos Río 2016 en el estadio Maracaná, afuera miles de manifestantes cortaron las calles y quemaron banderas.
A pocas cuadras se vive un clima tenso y diferente a esta pasión olímpica. Alrededor del estadio hay mucha presencia de efectivos de seguridad. No quieren que pase nada extraño y que se pueda vivir una fiesta con total normalidad.
Los grupos sociales vistieron de negro con los rostros cubiertos. Se enfrentaron con la policía militar en reclamo al presidente interino Michel Temer por la profunda crisis en Brasil y en contra de los Juegos Olímpicos.
En los carteles podía leerse “juegos de la exclusión”, “estado asesino”, “calamidad olímpica”, entre tantos otros.