Después de la conmoción que generó en Marruecos y el resto del mundo la trágica muerte del pequeño Rayan, quien falleció atrapado en un pozo de 32 metros de profundidad, este lunes se desarrolló el entierro del cadáver en un cementerio cercano a la ciudad del nene.
Miles de personas dijeron presente en un cementerio a pocos kilómetros de Ighran, la localidad donde ocurrió el accidente. El nene cayó el martes pasado a un pozo seco cerca de su vivienda, una tragedia que conmocionó al país y atrajo la atención de los medios internacionales.
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Un imán pronunció una breve plegaria delante de la familia y del resto de los asistentes antes de la inhumación, según confirmaron medios locales. Los preparativos se prolongaron durante horas hasta que el féretro con los restos del pequeño llegaron al cementerio Baalush en medio de fuertes medidas de seguridad ante la multitud de personas reunidas para dar el último adiós.
Entre cánticos fúnebres religiosos, y el dolor manifiesto de todos los presentes, Marruecos y todo el mundo a través de redes sociales despidieron al pequeño Rayan, cuyo rescate mantuvo en vilo a todos durante varias jornadas.
La ceremonia fúnebre del niño comenzó desde la casa de su abuelo, que es el lugar de recepción de las condolencias, que se trata del mismo pueblo que el de sus padres. Además, según informaron, del funeral participaron funcionarios y ciudadanos de distintos lugares de Marruecos.