Melinia Knavs nació hace 46 años en Sevnica, un pequeño pueblo de la entonces Yugoslavia, hoy perteneciente a Eslovenia. Comenzó a trabajar como modelo a los 16 años y a los 18 ya había logrado contratos internacionales. Se destacó en Milán y París y aprendió a hablar inglés, alemán, francés e italiano, además de su lengua nativa.
En 1996 se radicó en Nueva York, se cambió su nombre y pasó a llamarse Melania Knauss. Allí logró ser portada de revistas como Vogue, Elle y Harper´s Bazzar.
Dos años después, conoció a Donald Trump (24 años mayor que ella) en una fiesta en Manhattan. Allí, el magnate, recién separado, le pidió el número de teléfono pero ella no se lo dio porque el millonario estaba con otra mujer.
En 2005 se casaron y en 2006 nació su hijo llamado Barron. El día de la boda lució una pieza de 100 mil dólares, que precisó 550 horas de trabajo manual y que llevaba 1500 cristales.
Marcas de lujo como Louis Vuitton, Gucci, Dior, Michael Kors, Balmain y Christian Louboutin son sus elegidas para las apariciones públicas. Pero Valentino es su "diseñador favorito" , según ella misma publicó en Facebook.
Desde que es la señora de Trump fue cambiando los brillos y escotes pronunciados por un vestuario más sobrio, elegante y glamoroso. El color rojo (que representa al Partido Republicano) es uno de sus preferidos a la hora de elegir su ropa.
Vestidos o conjuntos minimalistas, mangas hasta el codo o la muñeca, trasparencias y abrigos sobre los hombros conforman su vestuario. El cabello lacio y suelto con movimiento en las puntas es "su peinado". Como calzado, stilletos de charol, lisos o en gamuza son sus predilectos. "Siempre me pongo lo que me gusta y lo que es apropiado para la ocasión", dice ella.
Durante la campaña electoral de su marido, mantuvo un perfil bajo hasta que pronunció un polémico discurso durante la convención republicana de julio, sospechado de ser copiado de uno de Michelle Obama. También se filtraron polémicas fotos de ella desnuda en sus épocas de juventud.