Un caso policial conmociona en Rusia. Viacheslav Matróso encontró en el celular de su amigo, Oleg Sviridov, fotos que demostraban que abusaba de su hija de seis años y lo obligó a cavar su propia tumba.
Luego, el supuesto agresor fue hallado muerto en la ciudad de Samara, al suroeste del país. Sviridov, además de ser amigo de Matróso, era padrino de la menor abusada. Algunas veces él quedaba al cuidado de la niña y allí aprovechaba para perpetrar los ataques sexuales.
Según informaron medios locales, Vyacheslav descubrió a Sviridov y lo enfrentó, pero este huyó. Luego le puso a su amigo como condición que se entregará a los oficiales a las 20 horas o que se quite la vida.
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El agresor fue encontrado muerto con una puñalada en el pecho y las autoridades detuvieron al padre de la niña. Allí fue cuando el sospechoso del crimen aseguró que él no había matado a nadie, lo que había hecho fue obligar a Sviridov a cavar su propia tumba, con el fin de asustarlo.
Tras enterrar a su amigo, el padre entregó el teléfono a la policía, pero no mencionó que el abusador estaba muerto, ni que se habían peleado. En un principio Viacheslav enfrentaba un cargo por asesinato, pero ahora será un enjuiciamiento por “incitar a una persona al suicidio o intento de suicidio mediante amenazas o abuso”, lo que conlleva una sentencia máxima de seis años.