El hecho ocurrió en Mosul, Irak. La bala del fusil viajó tres segundos y se incrustó en la garganta del enemigo. El arma que usó el británico cuesta 15 mil dólares.
El enfrentamiento duró más de cuatro horas, el inglés esperó y por supuesto confió en su fusil CheyTac M2000, que tiene un alcance de tres kilómetros.
El miembro del ISIS se dejó ver y el soldado lo tuvo en la mira y apretó el gatillo.
Nunca se había registrado una muerte con un disparo de bala a esa distancia. Además, es un arma que el ejército inglés no usa, pero sí el estadounidense.
Quien efectuó el diparo es un veterano de las guerras en Irak y Afganistán, y pasó a ser hoy el mejor francotirador del mundo.
La historia fue contada por otro soldado que estuvo en el lugar y dijo: "El británico tuvo en su mira varias veces al francotirador, pero no pudo conseguir un disparo claro. Cuando hay tanta distancia entre el tirador y el objetivo hay muchos factores que pueden hacer que el disparo falle. Pero cuando el otro se dejó ver unos segundos, no falló".