El gobierno de Benjamín Netanyahu dijo que el disparo de un tanque israelí contra la única iglesia católica de la Franja de Gaza, matando tres personas y causando heridas a más de una decena, entre ellas el cura argentino Gabriel Romanelli, fue “un error de tiro” y que en modo alguno se pretendía atacar ese templo. Pero la reacción del Vaticano fue lo suficientemente enérgica como para mostrar que duda de la versión oficial.
La Iglesia de la Sagrada Familia alberga y asiste a cientos de familias que perdieron por los bombardeos israelíes. El Papa Francisco hablaba por teléfono todas las noches con Romanelli para estar al tanto de la situación, y de ese sacerdote recibía información de las trabas y obstrucciones del gobierno y el ejército de Israel para el ingreso de las autoridades de las iglesias ortodoxas y también las restricciones a su iglesia, además de relatarle pormenorizadamente las penurias y masacres que sufre la población civil de ese territorio.
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Tampoco se puede descartar que, como a las ONG extranjeras y los medios periodísticos, Netanyahu haya incluido a las iglesias cristianas en lista de blancos a atacar.
Pero es posible que, como dicen el gobierno y el ejército de Israel, el proyectil que destruyó parte de la iglesia de la Sagrada Familia fuera disparado por error. Eso no les resta responsabilidad porque el rasgo de las operaciones militares israelíes es que están apuntadas a provocar devastación. Si más del 70 por ciento de las edificaciones en toda la Franja de Gaza ya han sido destruidas, por qué esos bombardeos indiscriminados no alcanzarían también un templo católico, del mismo modo que alcanzaron a cientos de mezquitas.

La hipótesis del ataque deliberado crece al tener en cuenta el cobijo que brindaba esa iglesia a los civiles gazatíes y las críticas del sacerdote argentino a la criminal guerra de tierra arrasada que lleva adelante Netanyahu, así como a la desprotección total de los civiles por parte de Hamás, cuya estrategia apunta a la criminalización de Israel y sólo ha construido refugios para sus combatientes y sus dirigentes.
Los cristianos son una minoría de alrededor del siete por ciento en Gaza y Cisjordania. En la diáspora palestina los cristianos superan el cincuenta por ciento, pero la baja natalidad de los cristianos árabes que viven en países árabes, redujo esa comunidad que se había incrementado bajo el mandato británico.
La iglesia católica es la más grande en la población palestina de Gaza y Cisjordania, seguida por la iglesia ortodoxa del rito griego y por la del rito asirio. Todas tienen muy buena relación entre sí y buenos vínculos con los imanes y las organizaciones musulmanas.