China avanza hacia el liderazgo mundial, ayudada por los errores geopolíticos de Donald Trump. En la ciudad china Tanjín, se reúnen los gobernantes de los veinte países que integran la Organización para la Cooperación de Shanghái, el instrumento que convierte a Beijing en el centro de la mitad oriental del mundo, una suerte de capital de todo el espacio euroasiático.
En semejante escenario, Xi Jinping recibió al primer ministro indio Narendra Modi y proclamó el fin de la enemistad y el comienzo de la sociedad entre China y la India.
Los dos países más populosos del mundo mantuvieron hasta ahora una rivalidad marcada por problemas fronterizos en los que hubo choques armados y choques en los que los soldados de ambos bandos pelearon con palos y piedras.

La India ha sido un aliado de Estados Unidos hasta que Trump le impuso un “castigo arancelario” abrumador (50%), empujando al gigante surasiático a los brazos extendidos de China.
La enemistad que India mantiene con Pakistán desde el origen de los dos países en 1947, era otra razón que bloqueaba el entendimiento entre Nueva Delhi y Beijing, porque China era la potencia sobre la que se recostaba el Estado musulmán en su antigua pulseada con el hinduismo indio. Ese respaldo chino a los gobiernos de Islamabad sumaba razones a India para su vínculo cercano con Estados Unidos.
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Ahora, los dos gigantes asiáticos no sólo dejaron atrás sus rivalidades sino que empezaron a avanzar hacia la conformación de un bloque, el que contrapesará la influencia norteamericana en el escenario global.
¿Por qué Trump empujó a India a los brazos de China, si neutralizar la influencia de Beijing en el mundo es lo que más lo desvela? Porque no está rodeado por expertos sino por aduladores en todas las áreas neurálgicas. A eso suma su propia negligencia, sus desconocimientos y ese ego descomunal que lo lleva a sobrevalorar sus impulsos y emociones. Así produjo la contradicción de beneficiar a Vladimir Putin regalándole el escenario de una cumbre en territorio norteamericano (Alaska) y al mismo tiempo castigar a India porque el gobierno de Narendra Modi hizo una compra masiva de petróleo ruso.
Los errores del jefe de la Casa Blanca en el tablero internacional también le restan a Estados Unidos influencias de altísimo valor estratégico, como el que tuvo sobre Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.