Terminó siendo una elección electrizante. Con el candidato de la derecha dura y el de la centroderecha cabeza a cabeza, en un escrutinio que marcha en cámara lenta.
La gran derrotada de esta elección fue la izquierda filo chavista que llegó al poder con Manuel Zelaya en el año 2006, fue expulsada del gobierno junto con ese presidente en el 2009 y lo recuperó con el triunfo de Xiomara Castro, esposa de Zelaya, en el 2022.
José Manuel Zelaya Rosales había sido un típico dirigente del Partido Liberal, cuya línea es socialdemócrata. Habría sido la tentación que generaba el chavismo ofreciendo prebendas a líderes y a gobiernos que se alinearan con Caracas, lo que radicalizó su gobierno. Y cuando quiso imponer una Asamblea Constituyente, chocó contra dirigentes de su propio partido, contra otras fuerzas en el parlamento y contra la Corte Suprema de Justicia, instituciones que lograron subirlo a un helicóptero y sacarlo fuera del país.
Tras el gobierno de su antiguo correligionario y flamante enemigo político, el libera que presidía el Poder Legislativo Roberto Micheletti, vinieron dos elecciones ganadas por el conservador Partido Nacional, con Porfirio Lobos y Juan Orlando Hernández respectivamente en la presidencia. Ambos defraudaron y eso le abrió la puerta al regreso de la izquierda al poder, ahora con el Partido Libre (Libertad y Refundación) y Xiomara Castro en la presidencia.
En Caracas, chavismo residual prendía velas para que a esa elección la gane Rixi Moncada, la candidata ungida por Manuel Zelaya y su esposa. Si esa fuerza política pierde el poder, como determinaron las urnas hondureñas, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello pierden a uno de los pocos aliados que tiene en la región. Y lo pierde apenas una semana después de que haya caído, también derrotado en las urnas, el premier izquierdista y filo chavista de San Vicente y granadinas, Ralph Gonsalves. Esas islas del Caribe cercanas a las costas de Venezuela fueron gobernadas por Gonsalves desde el 2001. Por primera vez en dos décadas y media, vuelve al poder la centroderecha cuyo líder Godwyn Friday, se convirtió en primer ministro y comenzó de inmediato la ruptura de su país con el régimen.
Maduro y su nomenclatura o habían terminado de digerir esa pérdida de un viejo aliado, cuando le llegó este golpe aún más duro: Honduras seguramente saldrá del ALBA, el espacio de los gobiernos filochavistas que creó el mismísimo Hugo Chávez para extender su liderazgo más allá de Venezuela.
Las urnas hondureñas dejaron más solo a maduro y al régimen residual, justo cuando Donald Trump lo arrincona con un amenazante despliegue naval de grandes dimensiones, mientras le exige que abandone el poder cuanto antes si quiere hacerlo con vida y seguir siendo, pero en algún país lejano.



