El fantasma de Soleimani recorre el Oriente Medio. El general que comandó la Fuerza Quds hasta que un misil norteamericano lo desintegró cuando llegaba al aeropuerto de Bagdad para embarcarse hacia Teherán, era un brillante estratega. Fue Qasem Soleimani quien puso nuevas fichas en el tablero geoestratégico de la región, como las milicias hutíes en Yemen y los cuerpos yihadistas pro-iraníes que actúan en Siria, a la sombra del régimen de Bashar al Asad.
También fue ese estratega iraní quien fortaleció a Hezbolá en el Líbano y, posiblemente, quién diseñó los movimientos tácticos y los objetivos estratégicos de Hamas y Jihad Islámica Palestina, la otra milicia que actúa en la Franja de Gaza.
El general Soleimani llevaba años inventando chispas con capacidad de incendiar Medio Oriente. Y, posiblemente, el conflicto en marcha estaba entre los planes que urdió antes que lo alcanzara el misil que le disparó un dron en enero del 2020.
+ MIRÁ MÁS: La súplica de una joven que tiene a sus padres secuestrados por Hamas
Israel habrá preparado una ofensiva totalmente novedosa si ha dilucidado el objetivo estratégico de su enemigo y también ha entendido que no puede repetir guerras como las cuatro anteriores que libró con Hamas, en las que los gazatíes padecieron muerte y devastación pero el poder totalitario que impera sobre ellos logró otro golpe de cincel tallando un estigma sobre la imagen de Israel: un estado “asesino de niños y destructor de hogares, escuelas y hospitales”.
Sabrá también el ejército israelí que atacar otros países y ocuparle ciudades con sus tropas siempre le resulta contraproducente. La Operación Paz en Galilea, encabezada por el general Ariel Sharon, además de haber manchado al ejército israelí con las masacres que perpetraron sus aliadas, las milicias de la Falange cristiana de la etnia maronita, en los campos de refugiados de Sabra y Chatila, dio paso al surgimiento de Hizbolá.
Hasta ese momento, la comunidad chiita libanesa tenía una sola milicia, Amal, que lideraba Nabih Berri, que actuaba en el marco de la guerra civil que ensangrentaba al Líbano desde 1975. Pero la invasión israelí de 1982 sembró el odio que hizo nacer a Hezbolá, una maquinaria fanática y criminal que hasta hoy amenaza a los israelíes y es una pieza crucial en los planes de Irán.
Entrar a Gaza es avanzar hacia una emboscada que busca atrapar al ejército israelí en una guerra urbana de largo plazo, en la que perderá muchos soldados y matará a muchos civiles, golpeando el cincel que talla el estigma sobre su imagen ante el mundo.
Por eso es de suponer que, esta vez, habrá un plan de acción tan novedoso como lo fueron las tácticas y estrategias de Moshé Dayán en la Guerra de los Seis Días. Una operación que sorprenda tanto al mundo como la que liberó en Entebbe a más de cien civiles israelíes, secuestrados por terroristas que desviaron un avión hacia el aeropuerto de Kampala, la capital de Uganda, por entonces en manos del lunático y sanguinario Idi Amín.
+ MIRÁ MÁS: Todas las novedades del conflicto en Israel de la mano de los enviados especiales de El Doce
Tendrá que ser un plan verdaderamente extraordinario para no activar el dispositivo que dejó armado y en funciones el general Soleimani. Si la incursión en Gaza causa estropicios humanitarios como la de Sharon en Beirut, el dispositivo que habrá entrado en acción con ataques de Hizbolá desde el sur del Líbano y de los grupos pro-iraníes de Siria sobre las Alturas del Golán, que si logran conquistar convertirán en punto de avance sobre Galilea. Y es posible incluso que lleguen a Cisjordania comandos hutíes fogueados en la guerra de Yemen.
En ese punto del conflicto, las imágenes de destrucción y muertes árabes que fluyan al mundo desde Gaza, el Líbano y Siria pueden incendiar la región, obligando a los países árabes a aislar y atacar a Israel.
Evitar ese Big Bang apocalíptico, que pondrá el orbe al borde de la tan temida III Guerra Mundial, es el gran desafío de los israelíes.
Lo sabe la cúpula militar del estado judío. Casi que pueden ver la sombra de Soleimani recorriendo Oriente Medio.
