Los 10 mil pesos que el Estado nacional reparte entre la gente que no cuenta con otros ingresos para encarar los rigores de la cuarentena tuvieron destinatarios inesperados. Beneficiarios de un plan cuya asignación no fue automática. Es decir, para cobrarlo, antes tuvieron que tomarse la molestia de completar una inscripción.
El epicentro del escándalo es Salta, donde un medio local reveló que al menos 50 funcionarios pidieron o recibieron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). La averiguación es sencilla, porque la Anses informa quiénes lo cobran, quiénes no y cuándo se completó el pago, con sólo cargar el número de DNI en su página web. La transparencia de este aspecto del sistema les jugó una mala pasada a decenas de dirigentes salteños. Entre los mencionados en la investigación periodística hay concejales, intendentes y hasta un jefe local de la Anses, el organismo nacional encargado de administrar el beneficio.
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A raíz de la conmoción pública, el gobernador de Salta pidió que la Justicia investigue y reclamó que los funcionarios que cobraron la ayuda renuncien. A través de Twitter, Gustavo Sáenz habló de "actitud miserable" y opinó que con ese gesto se había "defraudado la confianza de los salteños".
El senador Sergio Leavy, líder del Partido de la Victoria, parte del oficialismo a nivel nacional y al que pertenecen muchos de los beneficiarios irregulares del IFE, calificó al hecho de "falta grave". Y prometió expulsar de la agrupación a quienes siendo funcionarios o legisladores hayan cobrado el subsidio.
Los dirigentes señalados en Salta dieron respuestas muy variadas. Algunos insinuaron que sus solicitudes podrían haber sido efectuadas por desconocidos que buscaban perjudicarlos. Es decir, que nunca pretendieron percibir el IFE.
El jefe de la oficina de la Anses UDAI Salta Sur, Marcos Vera, dio a entender que su inscripción se debía a un equívoco. Según su confusa respuesta en redes, se anotó mientras armaba un "tutorial". Dirigente de La Cámpora, Vera habría estado guiando a la militancia. De cualquier manera, puntualizó que al momento de grabar aquel video no había sido designado aún en el organismo. Así dio a entender que el beneficio que, según él, no pretendía cobrar, sí le correspondía.
El extraño IFE de Traslasierra
La jefa de la oficina de Anses en Villa Dolores, que atiende una amplia región del oeste cordobés, también cobró el IFE. Las dos cuotas del beneficio que hasta ahora ha desembolsado la Anses.
Pequeña digresión: van más de cuatro meses de cuarentena y apenas se pagaron esas dos cuotas del IFE. Los para mucha gente indispensables $10 mil pesos tienen una periodicidad indescifrable. Afortunadamente no se materializó el anunciado fin del subsidio en todo el país excepto en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Hubiera sido un caso más del unitarismo extremo que recupera terreno en tantos frentes en este 2020.
Retomemos el caso de Villa Dolores, intensamente debatido en redes por los vecinos de la región. La jefa de la delegación local de la Anses, Florencia Calvar, se defendió argumentando que su designación, en abril pasado, ocurrió después de haber pedido el subsidio. Y afirma que ni bien accedió al cargo solicitó que no se lo pagaran más. Y que la instruyeran para devolver los $10 mil pesos que ya le habían acreditado en su cuenta. En su descargo, también dijo que la divulgación del dato era parte de un "ataque misógino a mujeres que tenemos responsabilidad". No aportó más detalles sobre esa presunta maniobra machista de la que sería víctima.
Pero tampoco despejó las dudas que plantea su condición de beneficiaria del IFE. Si en abril pidió que le quitaran el beneficio, ¿por qué recibió la segunda cuota el 26 de junio? ¿Tan ineficaz es la Anses para detectar a quienes no califican para el subsidio? Llamativo, dado que entre la primera y la segunda tanda del IFE, la cantidad de beneficiarios en Córdoba bajó de 738 mil a 651 mil, según la información oficial. En semejante depuración del padrón, ¿el sistema de la Anses no se percató de la inclusión en el listado de beneficiarios de la jefa de una de sus oficinas?
Además, ¿no logró la funcionaria que en tres meses alguien del organismo en el que trabaja le diera instrucciones para devolver el primer pago, efectuado a mediados de abril? Según su descargo en Facebook, no. Si esto fuese así, la Anses debería reforzar el área de atención al ciudadano.
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Por otra parte, ¿tan ajustada era la realidad económica de esta funcionaria antes de ser designada al frente de la Anses de Villa Dolores como para solicitar el IFE? Cabe recordar que el subsidio es sólo para trabajadores informales, empleadas de casas de familia y monotributistas de las categorías más bajas. La propia Calvar, abogada de profesión, dijo en mayo, en sus primeras declaraciones radiales como jefa de la Anses en Villa Dolores, que el IFE era "para las personas que están en situación vulnerable”. ¿Estaba hasta principios de abril en una situación de tanta estrechez?
Interrogantes que quedaron abiertos. El enojo de muchos vecinos de Traslasierra no encontró el eco que tuvieron en Salta casos muy parecidos.