El miércoles 1° de agosto entra en vigencia una medida es clave para que la “revolución de los aviones” que proclama el macrismo tome vuelo: que los pasajes sean realmente baratos. Baratos hasta el punto de irrisorios, de conseguir incluso volar por 10 pesos.
¿Cómo podría ser eso posible? Eliminando la tarifa mínima por tramos y destinos, un precio que el Ministerio de Transporte de la Nación fija desde hace años y que impide rematar algunos pasajes. Si bien, desde hace tres años que esa mínima no se actualiza, con lo cual ha ido quedando barata, desde este miércoles no habrá piso.
El objetivo del Gobierno es duplicar la cantidad de pasajeros de cabotaje, que en 2015 eran 10 millones y hoy ya son 13 millones, y duplicar la cantidad de extranjeros que llegan al país. En 2017 fueron seis millones y la aspiración es que sean 12 en 2020. Ya hay más conexiones: de las 59 rutas nuevas de cabotaje habilitadas desde 2015, 33 no pasan por Buenos Aires.
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Córdoba tiene mucho para ganar: se sumaron en tres años 12 nuevas conexiones de cabotaje y siete internacionales, más el anuncio de que Flybondi y Norwegian harán base en Córdoba.
Lo cierto es que desde ahora se verá más competencia. De hecho, Aerolíneas pone el 1° de agosto, en oferta, los tramos a 499 pesos (final) para volar por Argentina. Ése será el precio para hacer Córdoba-Buenos Aires, la cuarta parte de lo que valía hasta ahora. Córdoba-Mendoza estará en 391 y Córdoba-Iguazú, 1001. El capítulo más interesante de la revolución de los aviones acaba de empezar.