El poderoso San Lorenzo hizo historia y se convirtió en el primer tetracampeón de la Liga Nacional de Básquet. Acostumbrado a no pasar sobresaltos, ganó los últimos cinco campeonatos que disputó, incluida la Liga de las Américas. Sin embargo, el campeón retuvo la corona en una apretada victoria. Nunca estuvo contra las cuerdas como este año.
Por primera vez en 19 temporadas, el título se definió en un emocionante séptimo juego. El responsable de esto fue Instituto. Un equipo sin el poderío económico de San Lorenzo y que aceptó el desafío de ser uno de los pocos que podía pelearle la hegemonía al club de Marcelo Tinelli.
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Instituto cayó de pie, luchando con el corazón en la mano. El equipo tiene que sacar pecho y tener la frente en alto. Eso el hincha lo reconoce y se lo agradece. Cuando los proyectos se respetan, los resultados llegan. Después de todo el recorrido, las victorias y la entrega, ser campeón o no es un detalle.
El séptimo partido se jugó en Buenos Aires, pero en Alta Córdoba los hinchas alentaron a la distancia. Más de 500 personas sufrieron frente a una pantalla de televisión. Pese a la derrota hubo cantos, aplausos y sonrisas. No hubo reproches, silbidos o insultos. No hubo nada que recriminar o reclamarle a un grupo de jugadores que hizo historia. Ese es el mejor análisis.
En los últimos dos años, La Gloria llegó a tres finales: el Súper 20 en 2017, la Liga Sudamericana en 2018 y la Liga Nacional en 2019. No pudo levantar ninguna copa, pero es lo de menos. Muy pocos equipos pueden darse el lujo de repetir semejante hazaña.
Estamos ante uno de los proyectos deportivos más exitosos del país en los últimos tiempos. En ocho años pasó de jugar en la Liga cordobesa a ser subcampeón de la Liga Sudamericana y la Liga Nacional. Además logró que los hinchas de fútbol se interesaran por el básquet y llenaran el estadio cada partido.
En un tan golpeado y degradado deporte cordobés, donde los fracasos, amarguras y dolores de cabeza se cuentan por decenas, este equipo resalta como una mosca blanca. Ante esto, los cordobeses debemos disfrutarlo, reconocerlo y pedir que se replique en otros clubes.