Los dichos del Presidente Alberto Fernández exhiben con una transparencia inédita la distancia que el kirchnerismo siente con Córdoba. Distancia que es simétrica al rechazo que la enorme mayoría del electorado cordobés expresa históricamente hacia el espacio político liderado por la vicepresidenta.
Este “terreno hostil” para el kirchnerismo tiene algunas explicaciones clave. A partir de 2003 las gestiones K instauraron un esquema de extracción de recursos que perjudicó alevosamente a Córdoba. La diferencia entre lo mucho que recauda en este distrito la Nación y lo poco que vuelca luego en obras y servicios se expandió como nunca antes. Además, las políticas clientelistas que el kirchnerismo impulsa moldean una sociedad híper dependiente del Estado que no encaja con el perfil productivo de Córdoba.
A eso hay que agregar algunas acciones de los gobiernos K especialmente brutales con Córdoba, como la negativa a brindar ayuda durante el paro policial y la ola de saqueos de diciembre de 2013.
En el Frente de Todos no terminan de entender por qué en Córdoba cosechan sus peores resultados en el país. Y buscan estrategias que llevan por vía muerta.
+ MIRÁ MÁS: Hacemos por Córdoba y Juntos por el Cambio repudiaron los dichos de Alberto Fernández
Tren Fantasma
Un ejemplo del despiste fue la penosa escena del tren cargado de funcionarios nacionales y candidatos locales del kirchnerismo que viajaron del hospital materno neonatal a la Estación Mitre. La nueva figura estelar de la Casa Rosada, el jefe de gabinete Juan Manzur, promocionó con orgullo una obra ya presentada públicamente en 2019. Eso sí, ahora la rebautizó. Presentó como Tren Metropolitano el proyecto que desde hace décadas conocemos acá con el nombre de Ferrourbano y arrojó al voleo números de inversión incomprobables.
En el mismo vagón viajaba el nuevo ministro de Transporte de la nación, que negó que exista la evidente concentración de subsidios nacionales en su rubro dentro del área Metropolitana de Buenos Aires. No hay discriminación con el presupuesto nacional, dice el funcionario K. En el tren no estuvo ningún funcionario provincial o municipal.
Al equipo de gobierno del Frente de Todos no se le ocurrió invitar a integrantes de gestiones no alineadas políticamente con las que deberían sincronizar acciones para que el proyecto del tren pueda finalmente funcionar. Para rematar el cuadro, los funcionarios anticiparon que el pasaje costará… ¡cuatro pesos! La ficción tarifaria que exige subsidios que, a su vez, se financian con la emisión que termina acelerando la inflación. Un combo que es ya una seña de identidad del kirchnerismo.
Comentario Desintegrador
Las declaraciones presidenciales llamando a Córdoba a “ser parte del país, a integrarse a la Argentina” son desafortunadas en muchos sentidos. Menosprecian la fuerte identidad de la sociedad cordobesa e ignoran que la integración, es una obviedad, ya existe. Es un modelo de integración cuyas condiciones Córdoba discute. En esencia porque el distrito aporta una porción muy significativa de los recursos que después la Nación gasta discrecionalmente.
Los dichos del presidente desnudan también una profunda intolerancia, al criticar lo que considera es la “necesidad de siempre parecer algo distinto”. Con declaraciones como estas, esa supuesta necesidad de diferenciación del electorado cordobés el domingo que viene se verá exacerbada.