Hace unos meses Cristian Romero sorprendió contando que pensó en dejar el fútbol por lo mal que lo trataban en Belgrano. “Me tiraban mierda cuando tenía 17 años”, dijo el Cuti tras algunas malas experiencias en sus primeros partidos en Primera División.
Debutó en el Celeste el 28 de agosto de 2016 en la derrota 1 a 0 frente a Independiente. Teté González fue el entrenador que le dio la confianza, pero algunos plateístas no le perdonaron la inexperiencia a un chico que recién comenzaba.
Sin embargo el Cuti no se desmoronó y se hizo fuerte de la cabeza. Su familia fue fundamental para salir adelante y, tras dos temporadas en Córdoba, viajó a Italia para seguir su carrera.
Hoy, Cristian Romero está disfrutando los resultados de muchos años de esfuerzo. La convocatoria a la Selección Argentina llegó como frutilla del postre de una temporada soñada en el fútbol italiano.
Con sólo 23 años el cordobés fue distinguido como el mejor defensor de la Serie A italiana y formó parte del equipo ideal de la temporada.
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Fue uno de los pilares de Atalanta que terminó tercero en el Calcio, superando en la tabla nada menos que al multicampeón Juventus. Además, llegó a octavos de final de la Liga de Campeones de Europa.
Es por eso que llama la atención cuando muchos, principalmente desde Buenos Aires, hablan de descubrimiento o aparición. En Capital Federal, donde el radar solo llega a los cinco grandes, se sorprenden al ver jugar a un chico que hace tiempo daba que hablar en Europa.
El Cuti hizo un camino diferente. No jugó en Boca ni River. De Belgrano pegó el salto directamente a Europa. No le costó afianzarse en Italia y se destacó en Genoa y Atalanta. Tuvo que triunfar allá para poder jugar en la selección y ser reconocido en su propio país.
Tampoco es un descubrimiento de Scaloni como muchos señalan. Romero fue el mejor en una de las principales ligas del mundo e hizo mérito suficiente para representar a su país.
Su aparición en la selección es una de las más importantes de los últimos años. Dueño de una gran personalidad, jugó sus dos primeros partidos con la celeste y blanca como si tuviera más de 80 partidos en el lomo.
Muchos aseguran que Argentina tiene defensor asegurado por muchos años. Pero hay que ser cautos y no tirarle responsabilidades que no tiene. Después no le perdonamos los errores y sufren la crítica generalizada de todo un país futbolero. Lamentablemente, ejemplos sobran.
Ojalá su historia sirva de ejemplo para entender que muchas veces es mejor esperar. En un mundo tan acelerado los resultados no siempre son inmediatos. Cada jugador es diferente y necesita un contexto diferente para asentarse y poder explotar. En definitiva, como dice el dicho: el tiempo es sabio y pone todo en su lugar.