¿Realmente la Argentina tiene tantos habitantes? ¿Cómo se explica un crecimiento que nadie esperaba? ¿Es posible que en este censo se haya contado gente de más? ¿O se habrá dado un subregistro en el censo anterior, durante la segunda gestión del kirchnerismo, cuando la mentira estadística era una política naturalizada por muchos? ¿Hay un récord argentino de feminidad? ¿Para qué se machacó durante meses con que el censo digital sólo sería válido si se le daba el “código de finalización” a quienes recorrerían en persona hogar por hogar, y en la noche del censo, tras la multiplicación de las quejas de la gente que no fue visitada por ningún censista, se anunció que al final daba igual, que a los que respondieron de manera anticipada se los daba por censados?
El Censo 2022 deja grandes dudas y muchas quejas por ciertos aspectos (des)organizativos del operativo. La mayor extrañeza la provoca el número estelar, difundido un día después del operativo censal que dejó a mucha gente esperando que pase el censista por su casa: la población total de la Argentina, que sería hoy de 47.3 millones. Es el 18% más que en el censo anterior, que había llegado a la conclusión de que la Argentina tenía entonces, finales de 2010, 40.1 millones de habitantes.
Si el crecimiento de la población argentina entre los censos del 1991 y el del 2001 fue del 11%, y el salto que se produjo entre este último y el de 2010 fue del 10% ¿cómo se explica que esta vez haya aumentado tanto? Si bien ahora, por la pandemia, el período entre censos fue de algo más que una década (1 año y medio extra), la diferencia en el tiempo transcurrido no invitaba a proyectar un crecimiento tan acelerado de la población. Lo esperable era una suba del 13 o 14% como máximo. El 18% anunciado rompe los pronósticos. Más aún teniendo en cuenta que la tasa de nacimientos en la Argentina, como en buena parte del mundo, viene desacelerándose en los últimos años, dato que el Estado conoce al detalle porque documenta puntillosamente esa información.
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El titular de la Dirección de Estadísticas y Censos de Córdoba, Daniel Ortega admitió que el número de la población le resultó “llamativo”. Además, en una entrevista radial en 95.1 Pulxo, especuló con que la respuesta a este enigma podría aparecer en los datos relacionados con la inmigración. Otros expertos en demografía plantearon sus dudas en este punto. Suponen que el balance entre quienes vinieron a vivir a la Argentina en estos once años y medio, sobre todo venezolanos, y quienes emigraron de nuestro país, debería ser equilibrado. Las salidas compensarían los ingresos.
Cuando se conozcan los datos definitivos del Censo habrá que prestarle especial atención a la distribución geográfica de esos nuevos 7 millones de habitantes. ¿Habrá algún distrito en particular que sorprenda por su crecimiento poblacional? En función de esos números deberían tomarse importantes decisiones políticas, distribuir recursos y asignarse, por ejemplo, las bancas en la Cámara de Diputados de la Nación. Como recordábamos hace unos días, es inconstitucional que Córdoba, desde hace varios censos el segundo distrito en población del país, sea el cuarto en cantidad de representantes en la cámara baja, detrás de la CABA y de Santa Fe.
Otra interrogante que plantea la difusión de los datos tiene que ver con el dato que anticipó el Indec sobre la autopercepción de género. Supuestamente habría 52,83% de mujeres y 47,05% de varones. Esto representaría que en el país, cada 100 mujeres hay 89 hombres. Una de las tasas de feminidad más altas del mundo. ¿Una inesperada particularidad argentina o un error del censo? Cabe aclarar que las respuestas alternativas en ese punto del cuestionario (varón trans/ mujer trans, no binario, etc.) sumaron combinadas un ínfimo 0,12%.
Más allá de la polémica por ciertas preguntas que se hicieron y otras que no se tuvieron en cuenta, y de las desprolijidades relacionadas con la organización del operativo, las dudas sobre los números abren una enorme expectativa de cara a los resultados definitivos. Habrá que ver qué respuestas llegan desde el Indec.