Hasta hace pocas semanas (¿tres, cuatro?, difícil no perder las referencias temporales a esta altura), pareció que toda la sociedad argentina estaba encantada con la idea de encerrarse en los hogares.
Que no había voces disidentes. Que la unanimidad era tal que resultaba innecesario el debate sobre el enfoque adoptado en nuestro país para enfrentar la pandemia.
En los últimos días se disparó la curva de críticas. Desde diferentes ámbitos se multiplican los cuestionamientos a la cuarentena modelo “toque de queda” implementada acá, con duración récord.
Los médicos llamando a flexibilizar las medidas de confinamiento se volvieron virales. Puro sentido común contenido hasta ahora.
+ MIRÁ MÁS: Las desventuras de dos liberados notables
La figura más popular a nivel nacional en esta materia fue el jefe de Guardia de una de las clínicas más importantes de Córdoba, crítico con el endurecimiento de la cuarentena dispuesto en nuestra ciudad tras la aparición de unas decenas de casos en la zona del Mercado Norte.
Paradoja de estos tiempos, su valioso aporte al debate público partió de un estado de WhatsApp, un canal que en teoría podría considerarse de carácter privado, sólo reservado a los contactos que el usuario de la app tiene agendados en su celular.
Su mensaje invita a recordar que la salud es un concepto integral. Y que en su nombre no deben olvidarse, entre otras cosas, numerosas patologías que están siendo desatendidas.
Horas después le siguieron otros colegas, como el director de una clínica especializada en afecciones cardíacas, que reparó en la cantidad de pacientes infartados que están yendo a la consulta demasiado tarde.
+ MIRÁ MÁS: Schiaretti dijo que Córdoba volvería a fase 4 el martes
Este médico también apuntó contra la proliferación de rígidas fronteras intercomunales, que obstaculizan los traslados a los centros de salud.
En la Argentina de 2020 hay municipios actuando como microestados con sus propios checkpoints. Un contexto ideal para el surgimiento de aduanas paralelas y gestores de salvoconductos.
La virtual suspensión del estado de derecho es el rasgo distintivo de nuestra cuarentena en muchos sentidos.
El más evidente, el estilo toque de queda que habilita a las detenciones de quienes no exhiban en cualquier lugar su certificado de circulación.
Evidentemente, las autoridades no confían en el buen criterio de la ciudadanía. Y a gran parte de la población esto pareció no molestarle hasta ahora.
A propósito, ¿cuán riguroso será el conteo de infractores de la cuarentena en Córdoba? Los últimos reportes permiten proyectar que en breve llegaremos a las 30 mil “detenciones” desde el 19 de marzo.
Quizás estemos en presencia de otra manifestación de la pandemia más devastadora de este 2020: la del revoleo de números dudosos, desprovistos de contexto.
Puesta a prueba
El costado punitivo de la cuarentena enfrentará en los próximos días duras pruebas con las anunciadas manifestaciones gremiales. Los estatales cordobeses o la UTA ya empezaron a desacatar el aparentemente ingenuo eslogan "quedate en casa".
En el pasado, en circunstancias menos severas para sus bolsillos, se han mostrado como los verdaderos dueños de las calles de Córdoba.
Si la lógica de continuar con las imputaciones al por mayor a quienes incumplen la cuarentena se mantiene, hay riesgo de que colapse el sistema judicial.
+ MIRÁ MÁS: La sociedad encerrada, las cárceles abiertas
El sesgo punitivo de nuestra cuarentena también es desafiado por episodios como la reunión de comerciantes frente al Cabildo el viernes.
El Ministerio Público Fiscal informó de la imputación de tres asistentes, aunque no brindó detalles sobre sus identidades. Entre ellos estaría la propietaria de una de las librerías más tradicionales de Córdoba.
¿Tiene sentido perseguir penalmente a los responsables de negocios reunidos pacíficamente por pocos minutos en una concentración al aire libre en la que se respetó el distanciamiento social? ¿Esa persecución alcanzará también a importantes dirigentes políticos que acompañaron a los comerciantes, como los concejales Rodrigo de Loredo y Juan Negri?
El frenesí persecutorio llevó a la imputación de dos médicos del geriátrico de Saldán donde se dio el primer foco de contagio importante de Córdoba.
Mientras, en buena parte del mundo democrático todos los esfuerzos están puestos en el regreso a la normalidad a la mayor brevedad.
En la mayoría de esos países nunca fue necesario amenazar a la población con la cárcel.
En Uruguay, reabren las escuelas en una semana. Allí la cuarentena siempre fue voluntaria.
Como en Noruega, supuesto ejemplo de confinamiento estricto, según el desinformado comentario presidencial en el anuncio anterior de extensión del aislamiento obligatorio.
+ MIRÁ MÁS: Sueldos municipales, un recorte que podría quedar corto
Hoy se cumplen tres semanas de las bellas postales de la gente paseando en España tras 42 días de confinamiento. Nada indica que esas escenas que horrorizaron acá a los enamorados de la cuarentena (en general, gente con sus ingresos garantizados) hayan derivado en algo catastrófico.
Un dato a tener en cuenta para salir con tranquilidad durante la caminata recreativa que los vecinos de Córdoba pueden, afortunadamente, volver a hacer desde hoy.