Los cordobeses votaremos en una semana para elegir un diputado nacional y nos queda una semana de campaña con discursos que coinciden bastante en busca de esa banca.
Formalmente, hay nueve bancas para Diputados y tres para el Senado en juego, pero 11 de las 12 las podemos considerar repartidas a partir de lo que ocurrió en las Paso y de cómo siguió la campaña.
Juntos por el Cambio se quedará con los dos lugares del Senado que arriesga y Hacemos por Córdoba conseguirá una banca para la Cámara Alta. El kirchnerismo intentaba que Carlos Caserio siguiera pero es más que una quimera que eso ocurra. Avanza un casillero el gobernador Juan Schiaretti, que en un Senado que pinta mucho más equilibrado y con el Frente de Todos con mucho ruido, va cotizar alto el escaño de Alejandra Vigo en su negociación con el Gobierno nacional.
En Diputados, Juntos por el Cambio ya tiene casi aseguradas las cinco bancas que pone en juego y va por la sexta. Hacemos por Córdoba está seguro con dos de las tres que arriesga y va por esa tercera. El Frente de Todos se aferra al único sitial que renueva. No tiene chances de aumentar pero si cae un poco de lo que sacó en las Paso, podría correr riesgo.
Entonces para la Cámara Baja, la disputa parece concentrarse en sí Juntos por el Cambio aumenta la representación o Hacemos por Córdoba la mantiene.
Para la tribuna
Esa pelea por una banca, que sintetiza lo que está en juego en la elección del domingo próximo, nos lleva a una campaña en la que los dos principales contendientes dicen más o menos lo mismo: oposición al gobierno de los Fernández y defensa del federalismo.
El rechazo K en Córdoba es tal que la disputa central es por ver quién es más anti K.
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Lo del federalismo, esa desequilibrada relación entre el eje porteño-bonaerense y el interior (en especial el centro del país), es tan antiguo como la historia argentina. Y es un tema que cobra una intensidad superior en campaña. Es como un discurso más tribunero que otra cosa, porque después de cada elección baja bastante la espuma en esa discusión.
Acá, Juntos por el Cambio y Hacemos por Córdoba están parejos en la debilidad del discurso federalista. Los primeros porque pertenecen a una coalición cuyos principales referentes representan ese eje porteño-bonaerense, los segundos porque son el oficialismo provincial, obligado siempre a relaciones cordiales y acuerdos con la Nación.
Sobre quién es más opositor a los K, Juntos por el Cambio plantea que no es lo mismo engrosar una bancada que hasta puede tener mayoría parlamentaria para enfrentar un gobierno que un bloque de un puñadito de congresistas y Hacemos por Córdoba dicen ser los que mejor representan los intereses provinciales.
Y juegan con la imagen de la gestión de Schiaretti. Ahí es cuando la campaña entra en otro terreno, distinto al de la disputa por la banca. El de las consecuencias que podrá tener el resultado en la carrera provincial hacia 2023.
Pero para eso falta una eternidad. Primero hay que votar el domingo. Aunque haya solo una banca en juego.