Rosa... de lejos. Para muchos podría tratarse de un simple "cambio de cara" como respuesta a los altísimos índices de inseguridad en Córdoba. Sin embargo, como siempre sucede en estas purgas, la respuesta está en los entretelones.
Detrás de escena
La relación del Secretario de Seguridad, Diego Hak, con el ex comisario general Gómez no pasaba por su mejor momento. Años atrás, el pasado a retiro se había convertido en el ladero del secretario, situación que lo empoderó de tal manera que era uno de los candidatos a reemplazar al comisario general Gustavo Velez, jefe de Policía.
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Dada su escasa formación policial, Hak necesitaba primero y se dejó seducir después por la supuesta experiencia de Gómez y éste de la investidura de Hak. Mientras siguiera así la relación, todo marchaba bien... pero los conflictos aparecían en un horizonte no muy lejano y alguien (o alguno) tuvo que ceder.
Final de la novela
Conocidas las aspiraciones del secretario a ser candidato a intendente y las predecibles de Gómez al máximo sillón azul, el idilio comenzó a resquebrajarse y pronto comenzaron los cuestionamientos acerca de los índices delictivos cordobeses, que parecían superar la inflación, la tasa de interés y al dólar mismo.
Había que dar respuestas urgentes a la sociedad, o de lo contrario ambas aspiraciones serían sólo un sueño. Y allí comenzaron los roces y el predecible conflicto de intereses, porque empoderado Gómez, no sólo no reconocía su responsabilidad, sino que además comenzó a destratar a quien solo consideraba su jefe formal.
En ese contexto, el ElDoce.tv conoció una discusión puertas adentro del Panal. Hak intentó defender su gestión ante el aumento alarmante, alocado y exponencial de los índices delictivos y especialmente los robos de armas reglamentarias en distintos sucesos, y pidió explicación a un Gómez que se sentía intocable.
Conocidas son las reacciones y el lenguaje soez del ahora ex comisario general, que no se habría privado, entre otras cosas, de tratarlo lisa y llanamente de "inútil". "Vos no me vas a manejar a mi", se escuchó.
Gómez, un policía que nunca se caracterizó por la educación ni la diplomacia, y famoso por su escasísimo tacto en las relaciones institucionales y los excesos; sumado a un Hak con escasa experiencia policial pero muy hábil en las relaciones sociales y políticas, eran un cóctel que a corto plazo se tornaría altamente explosivo.
Sin dudas, ambos tenían razón, o cada uno tenía sus razones, pero en el "natural" pase a retiro está la respuesta de quién ganó la contienda.