El video es contundente. El delincuente se desplaza tranquilo por el techo pese a que una agente policial le apunta con un arma. La fuga se frustra gracias a la intervención de un grupo de vecinos que captura al ladrón en la esquina. Un caso de "gatillo difícil" registrado por vecinos del Cerro de la Rosas este jueves.
El lugar común entre dirigentes que se autoperciben como defensores de los intereses de los sectores populares es que la policía constituye siempre un peligro y que cualquier límite que se establezca a su desenvolvimiento es la opción más deseable. Sin embargo, la percepción más popular es la contraria: que la inseguridad escala, entre otras razones, por la cantidad de obstáculos que burocratizan la actuación policial.
Así lo reflejan decenas de encuestas que desde hace años destacan a la inseguridad como una de las principales preocupaciones sociales, independientemente de la coyuntura económica. Una mayoría que nunca baja de los dos tercios de la opinión pública quiere una policía menos inhibida a la hora de enfrentarse con delincuentes, o sospechosos de serlo. Eso refleja también esta encuesta de ElDoce.tv que preguntaba por la resolución de la ministra de Seguridad de la Nación que amplía la autorización a los miembros de las fuerzas de seguridad a disparar sin dar la voz de alto en determinadas circunstancias.
Si la policía que intervino en el Cerro de la Rosas hubiera actuado bajo el paradigma del área a cargo de Patricia Bullrich, que rechazó el gobierno de Córdoba, tendría que haber disparado en el mismo instante en que el delincuente se acerca a su posición y salta desde el techo. O habría estado justificada si gatillaba cuando el ladrón emprende la fuga.
Pero con el criterio que predomina hoy, el "gatillo difícil" que promueven desde activistas políticos adeptos al corte de calle hasta altos magistrados, si hubiera usado el arma, incluso como protección cuando el delincuente se abalanza sobre ella, habría afrontado consecuencias penales.
El riesgo que trae aparejada tanta impugnación al desempeño de la policía es que el electorado, agobiado por la inseguridad, finalmente vuelque su apoyo a alguna corriente política que desprecie las garantías fundamentales que aseguran el cumplimiento efectivo de los derechos humanos.