La basura en Córdoba esconde algo más que la mugre visible en la ciudad. Hay una suciedad oscura y misteriosa que encubre negocios tan pestilentes como las bolsas que se revolean cada día en los camiones recolectores.
Hay cosas obvias y visibles: la ciudad de Córdoba paga mucho por un servicio que dista de la excelencia. Esto se viene arrastrando de hace décadas.
Pero hay situaciones que fueron llevando a que la higiene urbana se convirtiese en un gravoso problema para los contribuyentes y habitantes de esta urbe y un más que interesante negocio para gremialistas, empresarios y funcionarios.
Los intentos por minimizar aquella denuncia de la entonces concejala Laura Sesma respecto a un triángulo corrupto de esas tres patas hasta acá han surtido un efecto parcial, en especial en la complaciente y parsimónica Justicia provincial, siempre presta a cumplir con los deseos del poder de turno.
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Pero ha sido de tal magnitud el negocio sucio de la basura que ha sido por la Justicia Federal por donde ha comenzado a estallar.
Primero fue el capítulo Surrbac. Más de una docena de imputados y dos detenidos con graves acusaciones de haber usado la estructura gremial para hacerse millonarios y construir una estructura que permitió imponer condiciones para que en Córdoba se recojan los residuos de la manera en casi todo el mundo ha ido abandonando.
La Justicia investiga la manera en que los directivos del Surrbac usaron dinero de sus afiliados para construir fortuna personal y también cómo todos esos montos circularon por los bolsillos de empresarios y funcionarios (provinciales y municipales). La ramificación de negocios e influencia del gremio llegó al punto de que hay imputados con estrechísimos vínculos con personajes clave del Poder Judicial provincial, sumado al respaldo de otros sectores como algunos miembros de la Iglesia Católica.
Al Surrbac, se le suma ahora una investigación de similar cuantía contra una de las empresas que prestaba el servicio, Cotreco, que tiene a sus directivos imputados de asociación ilícita, lavado de dinero y otras maniobras delictivas.
El diario Perfil Córdoba reveló ayer que está en la mira de la Justicia Federal la red de cobertura que tuvieron los empresarios de Cotreco para cometer esos ilícitos.
La investigación apunta a posibles nexos con la Afip para impedir pesquisas judiciales.
La tercera pata
Pero, en realidad, comienza a correrse el velo de la tercera pata, hasta acá a salvo de la Justicia provincial y de algunos sectores que han sabido canjear su silencio.
¿Pudieron hacer negocios millonarios, imponer costos altísimos, acordar sistemas caros y arcaicos de recolección empresarios y sindicalistas sin la intervención o complicidad de los funcionarios municipales?
La respuesta es casi obvia por la negativa.
Por eso, la enorme preocupación de Ramón Mestre y los suyos cuando dejaron el Palacio 6 de Julio por el derrotero judicial, que en su momento fue explicitado en ElDoce.tv.
La basura de Córdoba esconde una mugre que no es simplemente suciedad. Son negocios muy turbios que le han cambiado la situación patrimonial a más de uno.