En una escena clásica cada vez que se actualiza el precio de los viajes en colectivo, el público expresa su fastidio. En la tele, la radio o en las redes, aparecen usuarios del sistema declarando: “¡Qué horror, está carísimo!”, “no se aguanta más”, “¡encima no mejora el servicio!”, y así por el estilo.
Sin embargo, contra lo que manifiestan los pasajeros en una consulta al paso en una parada de colectivos cualquiera, el boleto en Córdoba, desde hace 2 años con valores unificados con otras grandes ciudades como Rosario y Santa Fe capital, está en uno de los niveles más bajos de la historia. Distorsiones cognitivas provocadas por una inflación desbocada.
Sin entrar en consideraciones sobre la brutal discriminación que impone el gobierno nacional al concentrar más del 85% de los fondos para subsidiar al transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires y dejar menos del 15% para el resto del pais, el precio del viaje en Córdoba hoy, incluso con el aumento de este fin de semana, está barato, comparado con el costo del mismo servicio a lo largo del tiempo.
+Foto: el valor del boleto en Córdoba en los últimos 24 años.
Un ejemplo fácil para los más grandes: hasta el fin de la convertibilidad en diciembre de 2001, el pasaje costó $ 0,80. Es decir, ochenta centavos de dólar, equivalentes hoy a unos 240 pesos al promedio de los tipos de cambio libres de la actualidad.
Pero dejando de lado la cotización del dólar, medido a valores constantes, según la evolución general de los precios en la argentina, también se verifica la misma situación. Por ejemplo, los $17,22 fijados para el boleto de Córdoba en noviembre de 2018 equivaldrían a $90,16 de agosto de 2022, y a un valor próximo a $100 hoy, si le agregamos la inflación de este mes de setiembre que está por terminar. Para octubre o noviembre próximos, aquellos $17,22 de noviembre de 2018 seguro significarán un poder de compra de mucho más de $100.
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El ejercicio de medir la evolución de un precio, el del boleto del transporte urbano o cualquier otro, a lo largo de la historia, puede hacerse con distintas herramientas. Aquí les recomendamos esta de Chequeado, muy fácil de usar chequeado.com/inflacionacumulada . La limitación de esta “calculadora de inflación” es que no encontró la manera de suplir los oscuros 9 años de adulteración de datos oficiales que impuso el kirchnerismo entre principios de 2007 y fines de 2015.
La confusión en relación al costo de todo tipo de bienes y servicios es una de las marcas registradas de estos tiempos. Hace algunas semanas, el tema fue retratado en modo lúdico en Noticiero Doce, con una especie de desafío al público de un súper del centro a acertar el precio de productos de consumo masivo.
El resultado ilustra este fenómeno de pérdida de referencia. Casi nadie puede responder cuánto salen las cosas que compra. En este contexto, las nociones de barato/caro se difuminan. En 3 meses, es muy probable que la confusión en torno al precio del boleto se repita.