Sabemos que conformar los gustos de cada hincha de la selección es complicado ya que cada cual debe tener su punto de vista futbolístico.
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El partido entre Argentina y Uruguay por las Eliminatorias Sudamericanas generó mucha expectativa: jugadores nuevos, un director técnico que debutaba por los puntos y miles de argentinos mirando con ojos de críticos o jueces lo que ocurría en el Centenario de Montevideo.
El empate sin goles dejó un sinsabor para muchos y saldo positivo para otros. En lo personal estoy del lado de aquellos que creemos que estamos viendo una selección que está tomando un rumbo diferente, con un Sampaoli que se animó a meter mano, a cambiar lo que estábamos acostumbrados a ver. Claro, no hubo goleada ni goles de los que te aniquilan la garganta en ese grito desenfrenado de gooooool. Solo se pudo ver el nacer de un cambio.
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Enfrente estuvo Uruguay, que se defendió y apostó a la contra. Con la pólvora mojada, cada vez que los charrúas atacaron, los del fondo nacional resolvieron sin demasiado sobresalto el embate del local.
Fue Argentina el que propuso, con todos los defectos y virtudes, con un equipo nuevo que intentó ir para adelante. Pero ojo que del otro lado estaba un equipo con muchos años de amalgamiento y mañas. Está claro que enfrentar a una de las mejores zagas del mundo como la del Atletico Madrid en la que juegan los uruguayos José María Giménez y Diego Godin no es nada fácil.
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Sergio Romero supo resolver las pocas que tuvo, la defensa anduvo bien pero tampoco le llegaron tanto. Me quedé con ganas de ver a Emiliano Rigoni por derecha ya que Acuña, con perfil cambiado, no se encontró nunca y fue poco lo del Laucha Acosta, aunque tampoco desentonó.
La pelota pasó demasiado por Lucas Biglia, quien estuvo a la altura, a Guido Pizarro le faltó protagonismo y confianza. El punto más flojo fue Ángel Di María que no encontró su punto justo y nunca cerró bien una jugada. Esperábamos más de Dybala pero el cordobés estuvo neutralizado por la muralla celeste del fondo local. Messi fue como siempre el motor del equipo y Mauro Icardi estaba más custodiado que Obama.
Quedan tres fecha y hay siete equipos separados por cinco puntos que buscan clasificar. Quedan tres lugares y una media plaza porque Brasil ya sacó pasaje. Hoy Argentina estaría jugando el repechaje con Nueva Zelanda pero nada es imposible en la dinámica de lo impensado.
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