Mientras Marina de 14 años luchaba por su vida en la terapia intensiva del Hospital de Niños, empezaba la investigación para determinar la eventual responsabilidad del histórico dirigente del peronismo cordobés en el accidente.
Con sus antecedentes, cabe preguntarse: ¿debió estar habilitado para manejar? ¿El auto judicializado en el que se transportaba fue asignado de manera trasparente? ¿González quiso sobrepasar en doble línea amarilla y ocasionó un choque frontal con desenlace fatal?
La última pregunta, y la más importante, aún no fue respondida. Pasaron más de cuatro meses desde el siniestro y la fiscal que entiende la causa, Analía Gallarato, no hizo declaraciones ni ha explicado a la opinión pública en qué consiste la investigación.
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La familia de las víctimas del accidente sostiene que ni siquiera se hizo una pericia accidentológica que determine de manera concluyente la responsabilidad de González en el hecho.
El pedido de licencia y posterior apartamiento de la Legislatura de uno de los hombres fuertes del Gobierno provincial ocurrió sólo después de El Doce revelara las serias irregularidades en la adjudicación de autos de alta gama judicializados. Más tarde, se sumaron las inconsistencias en el otorgamiento del carnet de conducir a un infractor serial.
El escándalo salpicó también dirigentes de la oposición que tuvieron que devolver los vehículos que recibieron de manera discrecional. La justicia federal tramita una causa paralela y decidió imputar a González.
Habrá que esperar para saber si la Justicia avanza sobre las eventuales responsabilidades del ex presidente provisional de la Legislatura o se aprovecha del efecto del tiempo que suele erosionar la memoria colectiva en casos que involucran a la dirigencia política.
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Mientras tanto, Marina empezó ayer el viaje a su nueva vida. La joven seguirá su rehabilitación en Mina Clavero con la esperanza de volver a caminar en dos meses. Su tía y ahora tutora, Laura Bengoa, se mudará de Mar del Plata a Traslasierra para asistir a su sobrina.
Minutos después de recibir el alta, Marina fue fotografiada junto a su hermana Vera y su mirada lo dice todo. Empezó un nuevo viaje, con la esperanza que la vida le de revancha a estas dos hermanas atravesadas por una pérdida irreparable.
Queda pendiente otro viaje, el que nos lleve a una justicia independiente que investigue a los funcionarios públicos como a cualquier hijo de vecino.