Es harto conocido el destrato (por decirlo de alguna manera) que el máximo líder de la Iglesia Católica ha tenido, por lo menos en el último tiempo (sugestivamente coincidente con el ingreso de Macri al Gobierno Nacional) con el pueblo argentino en general.
Las primeras fueron fuertes señales. Actitudes que todos los ciudadanos, todos los católicos, e incluso los más agnósticos, hemos visto y sopesado en cada paso que ha dado el hombre más importante que ha parido esta tierra (si no pensamos en Messi y su poder desde el deporte).
Lo cierto es que, queriéndolo o no, planeándolo o no, el Papa Francisco ha actuado casi en forma provocadora ante los ojos de los millones de argentinos. Millones de almas, ahí sí, sin distinción de religión o ideología política, que le han rogado, desde el mismo minuto en que se escuchó "habemus papam", que visite nuestra tierra y la apacigüe con su bendición.

Is the priest himself? (léase…¿Es el mismo sacerdote?)
¿El Papa Francisco es el mismo sacerdote que andaba en colectivo por las calles de Buenos Aires? ¿El mismo que comía salteado, junto a los más pobres de su feligresía? ¿El que invitaba a los políticos a su iglesia para retarlos?
Ese Papa Francisco fue el mismo que envió los primeros mensajes contradictorios para un pueblo que, en su mayoría, lo admiró por sus votos de pobreza. Mandó rosarios bendecidos para los primeros ladrones de millones detenidos en este país.

Recibió en lo más privado y exclusivo del Vaticano a gremialistas que hoy están tras las rejas por quedarse con todo el sueldo de los trabajadores. Estrechó la mano, y devolvió una sonrisa, a presidentes latinoamericanos que hoy mantienen en la hambruna a un pueblo también católico que, por la ventana de los patios del Vaticano, le pide a este Papa que no los olvide en sus oraciones.
Le mostró los dientes a una presidenta sospechada de todo. Y le mostró los colmillos al nuevo presidente, a horas de haber sido votado por la mayoría.

Algunos hablan de “estrategia”, para despabilar a un pueblo que se pelea por todo. ¿Será por ello que no viene a Argentina? Otros dicen que recibe a los “pecadores”, porque son los que más necesitan de la mano de Dios para reencauzarse. ¿Será por eso que tuvimos que soportar la trasmisión en vivo del desfile de muchos corruptos argentinos en la Plaza de San Pedro?
Ahora lo tenemos tan cerca…. Quizás podríamos preguntarle tantas cosas...
Francisco vino al otro lado de las montañas. Ahí nomás. Poniéndonos en puntas de pie casi que podríamos verlo. ¿Por qué Francisco habrá elegido Chile?

Seis iglesias fueron incendiadas en los últimos días. A la mayoría del pueblo chileno no le interesa la visita del Papa. La ciudadanía le reclama a Bachelet, haber gastado tanto dinero en la visita del pontífice. No creo que ningún Papa pueda imaginar tanto destrato por parte de anfitriones.
Pero, Francisco está en Chile. Francisco va a estar también en Perú. Así y todo, cuando sobrevoló el espacio aéreo argentino, siguiendo el protocolo, nos envió una salutación: pero el texto está redactado en inglés.

Francisco, sus señales, a muchos nos alejan…
Francisco, sus actitudes, a muchos nos desconciertan…
Francisco, su idioma no es el Inglés, tampoco el nuestro…