Son días complicados en el Centro Cívico. La agenda ciudadana, con la inseguridad al tope de los reclamos en casi toda la provincia, golpea en el seno del poder y desnuda una larga lista de falencias de un proyecto de 20 años de mandato.
El silencio del Ejecutivo provincial es sepulcral respecto a esa problemática tan compleja, que va desde simples hechos de arrebato hasta la complicidad del altos jerarcas policiales con bandas narcos pasando a homicidios en la vía pública en hechos de robo.
También preocupa la actividad resentida que tiene el gobernador, que en su recuperación de la angioplastía a la que se sometió hace unos días sólo tiene actividad en la sede gubernamental y en la ciudad de Córdoba. Pero entre tantas pálidas, el oficialismo provincial esbozó anoche una sonrisa.
La feroz batalla interna en la que está sumergido Cambiemos Córdoba es la mejor noticia que recibió el peronismo cordobés en semanas.
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En Unión por Córdoba saben que más allá que se vote en esas internas abiertas, la coalición radical-macrista-juecista quedará muy debilitada para el proceso de la general, sea cuál fuera el candidato.
Y saben también que Mauricio Macri ha quedado por demás expuesto en la provincia que le dio el resultado que le posibilitó ser presidente.
Ya probó Macri el trago amargo de una derrota en una interna en La Pampa. Si el resultado pampeano, el distrito número 21 en orden de cantidad de votantes, tuvo repercusión nacional, ¿qué podría ocurrir con un traspié interno en la segunda provincia argentina y cuna del triunfo nacional de Cambiemos?
El mensaje de La Pampa fue claro. Los únicos que fueron a las Paso fueron los de Cambiemos, lo que posibilitó que votantes de otras fuerzas se expresarán en esa interna.
Y eso que eran Paso organizadas por el Estado. En una interna sin control estatal, el peso de los aparatos, propios y de los adversarios, puede ser determinante y no necesariamente incline la balanza del candidato más competitivo.
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Mario Negri celebraba el viernes el respaldo de Macri. Ayer, con el acuerdo de Ramón Mestre con Rodrigo De Loredo, dos viejos enemigos internos amigados por rivales comunes, mudó las sonrisas hacia el lado del campamento del intendente de la ciudad de Córdoba.
Por eso, Negri dijo esta mañana que va a buscar un acuerdo antes de la votación del 17 de marzo.
En las próximas horas, el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, intentará una nueva negociación, que viene fracasando hace meses.
Mientras tanto, Schiaretti tiene buenas noticias y Macri, no.