Como periodista deportivo, supo darse un lugar junto al otrora gran relator José María Muñoz en Radio Rivadavia. Pero antes, con solo 21 años, ya había trabajado con Héctor Larrea en Rapidísimo, programa de la misma emisora. El gran salto lo dio de la mano de Juan Alberto Badia, que le dio la oportunidad de gestar su crecimiento desenfrenado en la tele.
Los relatos de la joven promesa perfilaban un estilo, en el que asomaban tímidamente muletillas que acuñaría en el tiempo, tal como el “pum para arriba” que ya se escuchaba en el relato de la final de la Copa Libertadores de 1986, River campeón ante el América de Cali de Colombia. Apostillas que quedarán guardadas en capítulos de “deportes en el recuerdo”.
Siempre pionero, Videomatch, en TELEFE, arrancó como un programa deportivo a la medianoche, con columnistas como Gonzalo Bonadeo, Felipe Mc Gough, Osvaldo Príncipi, entre otros integrantes del equipo. La deriva del proyecto privó a la producción de material deportivo y el programa tomó otro rumbo. El del humor, que le calzaría justo en la horma del zapato de Tinelli. Con el tiempo, se convirtió en uno de los programas más vistos de la TV argentina, éxito al que se sumaba el de los domingos con Ritmo de la Noche. Ese incipiente liderazgo se desarrolló al punto de convertirlo en una de las figuras más importantes de los medios argentinos, como conductor y productor de Showmatch y como cabeza de Ideas del Sur.
Se metió en el futbol en el ‘98 y, por la módica suma de 500.000 dólares, Tinelli compró un club de la segunda división del fútbol español, el Badajoz. Con un plantel formado casi en su totalidad por argentinos nunca pudo salir del fondo de la tabla de posiciones. En el 2001 reconoció su fracaso y vendió sus acciones a un empresario portugués. Después incursionó en el vóley con el club de su pueblo, Bolívar.
Pasaron 11 años desde aquella frustrada experiencia en España hasta que junto a Matías Lammens llegaron la presidencia de San Lorenzo de Almagro, el club de sus amores. Meses antes "el Santo" había mantenido a duras penas la categoría, luego de ganarle la promoción a Instituto. Un año después ganaba el torneo de Primera División, el Inicial 2013. Para coronarla, en 2014 ganó la Copa Libertadores, la primera en su historia, y fue subcampeón del Mundial de Clubes que se jugó en Marruecos, donde perdió en la final 2 a 0 con el Real Madrid.
Hoy Marcelo Tinelli busca frenéticamente quedarse con el trono de la casa madre del fútbol argentino, poder máximo en un país futbolero como el nuestro. Hasta los principales candidatos a la presidencia del país necesitan de su venia para tener más apoyo popular. De hecho, solo él logró cambiar la fecha de elecciones en la AFA y hasta poner en jaque un artículo del estatuto del reglamento interno (el famoso artículo 50). Si no hubiera sido él, dudosamente alguien hubiera osado a candidatearse sin cumplir al pie de la letra el reglamento. De hecho, ni le hubiesen abierto la puerta.
¿Chau, chau, chau, chauuu al grondonismo y hola al tinellismo? Aún no lo sabemos. Sí sabemos que en la AFA se vienen vientos de cambio. Esperemos que sean para el bien del fútbol nacional y que todo esto no sea una jodita para Tinelli.