Antes que nada voy a aclarar que nunca vi un show de Tan Biónica. Y eso que vienen seguido a Córdoba y creo que las dos últimas veces hasta estuvieron gratis.
Conozco sus canciones porque mis hijos me piden que los ponga cuando vamos en el auto. Demasiado “pop” para mi gusto ochentoso de rock nacional.
También reconozco que lo primero que dije esa mañana fue “¿Qué hiciste, Chano?“, seguido de un “qué drogado debe haber estado este vago”, para cerrar con un “creo que yo también lo hubiera c… a trompadas si me rompía así el auto”.
Pero como muchas veces en la vida, los humanos prejuzgamos y opinamos sin conocer, sin saber o basándonos en los rumores o trascendidos que leemos o escuchamos.
Con el correr de los días, las cosas me mostraron otra realidad. Primero, algún testigo contó cómo lo patotearon, después llegaron las imágenes de cómo le quedó la cara, luego un video mostró que no iba a contramano, que lo perseguían desde el comienzo y que lo reventaron a trompadas y patadas en el piso, y hasta le robaron…
Y por último, la entrevista que el músico le concedió a Jorge Lanata. La vi y lo noté sincero. No sé si mintió o armó un personaje, pero yo le creí.
Está claro que tiene problemas con la droga, él lo admite, y no soy quién para juzgarlo por su enfermedad. Tal vez tomó alguna copa de más esa noche y no debió haberse subido a la camioneta. Pero sería un caradura si lo condeno por eso.
Ninguna chapa destrozada de un auto o un portón amerita que 10 personas lo ataquen salvaje y cobardemente como lo hicieron, poniendo en riesgo su vida.
No sé si el tipo volverá a componer o se volverá a drogar. Tampoco me interesa demasiado. Pero capaz que la próxima vez que venga a Córdoba, les compre una entrada a mis hijos y los lleve a verlo.
Si llego a estar cerca del escenario tal vez me anime y le pregunte lo que me preguntan ellos y no se qué responderles: ¿qué hiciste, Chano? ¿Qué hiciste tan mal para que te pegaran así esos señores?