Antes que el fernet, prefiero esa paleta inacabable de aromas y sabores, casi siempre elegantes, que me brindan los cepajes y los terroir de esta inmensidad argentina.
En síntesis, el trago cordobés, del primero al último, siempre es el mismo ya sea con sus formulas 70/30 u 80/20; en cambio, el vino siempre cambia, y en eso está la sorpresa, la variedad, la identidad que percibe el paladar de cada IG (Indicación Geográfica).
Asistimos el pasado martes a la presentación de la nueva línea de vinos de Terrazas de los Andes Apelación de Origen.
Las Compuertas, Chacayes y Paraje Altamira constituyen la IG (Identidad Geográfica) de tres terroir diferentes en las zonas de Luján de Cuyo y Valle de Uco.
Algo más de 400 hectáreas de viñedos implantados por Chandon en la región estrella de los vinos argentinos, para elaborar Malbec y Cabernet Sauvignon de gran estirpe.
Muy didáctica la experiencia de un video 360 que nos ofrecieron en la introducción del evento desarrollado en República, el restaurante de Miguel Escalante en barrio Argüello.
Allí la imagen y el relato nos van paseando por esas hileras de viñedos que crecen en las pendientes majestuosas de la precordillera, con sus ríos y sus suelos calcáreos.
Parecen iguales cuando se los aprecia panorámicamente. Pero cada terruño tiene lo suyo. El primero está en las Compuertas en Luján de Cuyo; otro en Licán, en Los Chacayes; y el tercero en los Castaños y El Pedregal, en Paraje Altamira.
Después, en la elaboración interviene lo que se llama una enología de precisión, que comanda el enólogo Gonzalo Carrasco.
El resultado se expresa en vinos con una fruta muy aromática, intensa, fineza en el paladar, con taninos suaves y equilibrada acidez que augura larga vida a cada uno de los tres exponentes, dos Malbec, uno de Chacayes, el otro de Las Compuertas; y un blend de Malbec y Cabernet de Paraje Altamira.