Además de ser un evento natural de gran atractivo o la excusa perfecta para compartir una tarde en familia dentro de casa, ¡la lluvia es un regalo!.
La mitad del agua que usamos en casa no necesita ser potable. Por tal motivo, te recomendamos almacenar y utilizar el agua de lluvia en actividades como el uso del lavarropas, el riego o la limpieza.

Recolectarla es muy simple:
1- Colocá recipientes en sitios donde no haya árboles o elementos que detengan la caída del agua y la contaminen: puede ser en el techo o en el jardín de casa.
2- Aprovechá las pérgolas y canaletas: colocá recipientes debajo de ellas y almacená el agua que cae sobre el techo.
3- Conservá el agua en buenas condiciones: mantenela en tanques o recipientes cerrados, que estén bajo techo y a la sombra para evitar que el mosquito portador del virus del dengue, Aedes aegypti, pueda acceder y poner allí sus huevos.
Otra forma de lograrlo:
Cuando la temporada de lluvias es baja, podés recurrir a la recolección a través de cisternas o utilizar equipos integrados que captan y reutilizan el agua de lluvia. ¿Cómo lo hacen? El equipo capta el agua, la filtra y luego la redirecciona hacia un tanque a través de canaletas.
Es importante tener en cuenta que para utilizar este sistema se deben hacer adaptaciones en el hogar ya que las cañerías que sirven estos canales son independientes de la del agua potable que consumimos.

Aprovechar la lluvia es cuidar el agua. Si bien esta agua no es apta para consumo, es muy útil para cubrir diferentes actividades cotidianas. ¡A través de acciones simples como esta, cuidamos el recurso y lo preservamos en el tiempo!
¿Ya lo implementaste en tu hogar?
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