“Fueron muchos años de búsqueda. Una vez que lo logramos, no queremos perder el tiempo así que vamos por el segundo embarazo!” Las contundentes palabras de Carola hablan de la felicidad de haber logrado el embarazo de Teo, que llenó su mundo hace un año y medio. Ahora esa alegría continua al saber que hay una nueva vida desarrollándose dentro de su vientre. “Esta vez fuimos más tranquilos, menos ansiosos y eso está bueno…”, reconoce. “Esto es así: quienes ya tuvieron un hijo con alguna técnica de fertilización, vienen con otra perspectiva”, admite la Dra. Virginia Maccari, especialista del Centro Integral de Ginecología, Obstetricia y Reproducción (CIGOR).
Cada intento, es único
Técnica y científicamente, cada tratamiento es único e independiente del anterior. O sea, que no hay garantías en ninguno, ni el resultado de uno condiciona el otro. Pero hay elementos que inciden.
Por ejemplo, si hablamos de tratamientos como la Fertilización in vitro o el ICSI (muy comunes y empleados), podemos decir que existen pacientes que ya tienen un camino transitado que hace más simple y llevadero, la búsqueda de su segundo hijo. En especial, si decidieron vitrificar blastocitos.
¿Por qué decimos esto? porque en ambos casos, se necesita previamente de la fecundación en laboratorio. Proceso largo y complejo que implica la unión de espermatozoides y óvulos para desarrollar un embrión, el cual finalmente se transfiere o implanta para que el embarazo corra normalmente.
Y habiendo vitrificado o criopreservados los embriones (o técnicamente llamados blastocistos), la búsqueda para médicos y pacientes se acorta. En esta instancia solo resta transferir el embrión al cuerpo gestante. Un par de pasos menos.
Dra. Virginia Maccari. Ginecología y Reproducción.
Menos ansiedades
Por otro lado, al haber tenido una buena experiencia anterior, la ansiedad ya juega un papel secundario, hay menos carga emocional, lo cual no es un tema menor.
Una vez logrado el embarazo, no hay ni mayores ni menores riesgos por la técnica utilizada: natural, baja complejidad o alta. Embarazo es embarazo, y hay 9 meses que transitar. El camino difiere en la etapa anterior, si con una estimulación alcanza o hay que apelar a procedimientos más complejos.
“Si se logró un primer embarazo con una técnica simple o de baja complejidad, se comienza por la misma para buscar el segundo. Siempre y cuando las condiciones del paciente se mantengan. Si no da resultado se aumenta la complejidad del procedimiento a emplear. Pero si en el primer intento ya hubo fertilización in vitro, se repite directamente esa técnica, porque el camino previo ya ha sido recorrido”, asegura la Dra Maccari. De esa manera, se ahorra tiempo y esfuerzo.
La felicidad de Carola
“Nosotros estuvimos 5 años viendo a un médico y a otro porque no lográbamos el embarazo, hasta que nos derivaron a CIGOR”. Carola tiene su obstetra en San Francisco, pero el tratamiento lo realizó en Córdoba. El médico le había dicho que debían esperar un año y medio entre el primer parto y el segundo intento. Teo cumplió esa edad y volvieron a la carga. “Yo tengo 41 años, no quiero esperar más. Con mi marido deseamos tanto el primer hijo, y ahora el hermanito/a, que estamos súper felices”.
Del primer tratamiento le quedaron dos blastocitos criopreservados. Solo hizo falta la transferencia de uno, y se confirmó su nuevo embarazo.
Carola 41 años. Amplió su familia a través de método de reproducción asistida en CIGOR
Relajada y con menos ansiedad
Marcela cumplió sus 41 con la confirmación de su segundo embarazo. Feliz. Es otro varón. Su primer hijo ya tiene 3 años y medio y este segundo se demoró un poco más de lo que querían, pero ya está en camino. Fueron 7 años de búsqueda con su marido, tratamientos e intentos en Salta hasta que se confirmó el primer embarazo, que finalmente llegó. Ya radicados en Córdoba, un segundo hijo era el deseo de la pareja, y en CIGOR se lo alentaron.
Por los intentos anteriores, más la edad, decidieron directamente apelar a la Fecundación in Vitro. Fue en la segunda transferencia que se confirmó la noticia: otro bebé estaba en camino. “Bajé la ansiedad, me relajé, y abriendo la cabeza y el corazón, acepté lo que tenía que ser. Y acepté que la ciencia nos permite superar algunas barreras o límites de la naturaleza. Entender esto fue liberador, quedaron atrás las tensiones y el estrés de la primera búsqueda. Todo tiene menos dramatismo y lo vivimos con mucha alegría”.
Más información en www.cigor.com.ar