El juez federal Alejandro Patricio Maraniello, quien recientemente ordenó frenar la difusión de los audios atribuidos a Karina Milei, enfrenta un complejo panorama judicial. Actualmente, acumula al menos nueve denuncias en su contra ante el Consejo de la Magistratura.
Cinco de esas presentaciones lo acusan directamente por presuntos casos de acoso sexual a trabajadoras de su juzgado.
A estas se suman denuncias por abuso de poder, hostigamiento laboral, maltrato reiterado al personal y uso indebido de recursos públicos. Varias de estas causas fueron acompañadas por informes internos de organismos judiciales, aunque por el momento se mantienen bajo estricta reserva.
Entre los testimonios, una de las denunciantes relató que, a pocos días de ingresar a trabajar en el juzgado, Maraniello la convocó a una reunión fuera del horario laboral. Temiendo perder su puesto, accedió al encuentro, en el que —según su declaración— sufrió tocamientos y besos sin consentimiento. Más tarde, se habría visto forzada a mantener relaciones sexuales para intentar detener el acoso.
Otro caso expuesto detalla que una empleada recibió mensajes reiterados por redes sociales con comentarios sobre su apariencia. Tras rechazar sus avances, comenzó a sufrir maltrato laboral y acercamientos físicos no deseados.
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La situación tuvo un fuerte impacto en su salud mental: declaró que necesitó medicación, atravesó un cuadro depresivo y llegó a tener pensamientos suicidas antes de presentar la denuncia.
Desde el gremio judicial afirman que el número de testimonios no deja de crecer, a medida que se recopilan declaraciones de empleados actuales y exfuncionarios del juzgado.
Uno de los relatos remarcó la vulnerabilidad de las víctimas: “Ella era hija de un camionero, dependía del trabajo para sostener sus estudios. Era la primera universitaria de su familia. No podía permitirse perder ese empleo”, se indicó en uno de los expedientes.