El Gobierno Nacional llevó a cabo un operativo de seguridad en la Casa Rosada debido a una amenaza de bomba que llegó al 911. También hubo llamados de alerta referidos a un posible atentado en el Ministerio de Defensa, momentos antes de que el presidente Alberto Fernández se dirigiera para la Cena de Camaradería anual de las Fuerzas Armadas.
Tras las inspecciones de rigor en ambos lugares, no se detectaron explosivos. El personal de la Casa de Gobierno tuvo que ser evacuado, y en el edificio trabajaron las brigadas de explosivos de la Policía Federal, los bomberos con escáners y perros que se utilizan para la detección de bombas.
Las advertencias provinieron de distintos puntos del país, aunque la mayoría fueron desde la provincia de Buenos Aires. La investigación está a cargo del Juzgado Federal Nº 6, a cargo del juez Daniel Rafecas.
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Pese a las amenazas, Alberto Fernández encabezó la Cena de Camaradería anual de las Fuerzas Armadas en el Edificio Libertador, sede de la cartera de Defensa, en la que volvió a referirse a los “discursos de odio”.
“Argentina, nuestra patria, cumplirá el año entrante cuatro décadas de democracia ininterrumpida. Eso, que debe llenarnos de orgullo, se ve empañado por un discurso de odio que se siembra en la sociedad, buscando que crezca la división y el desaliento”, reflexionó en alusión a lo que desde el oficialismo creen que propició el ataque a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
También hizo referencia al reclamo argentino por la soberanía de las Islas Malvinas. "El mejor homenaje que podemos rendirles a nuestros héroes es seguir reclamando por el ejercicio pleno de soberanía sobre las islas Malvinas y continuar exigiendo que el Reino Unido acate las resoluciones internacionales que señalan claramente que hay una disputa territorial y que la solución debe alcanzarse de manera pacífica a través de la diplomacia”, señaló.