Este miércoles, el exministro de Planificación kirchnerista, Julio De Vido, cumplió una semana adentro del penal de Ezeiza, por corrupción. Mientras que su colega, José López, exsecretario de Obras Públicas, lleva un año y cuatro meses preso, tras ser encontrado arrojando bolsos de dólares, armas y relojes en un convento abandonado en junio pasado.
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Sin embargo, aún siguen sumando problemas en la Justicia, a pesar de que ya no ven el sol. El juez Sebastián Casanello los procesó por coimas y fraude en la causa Skanska. Además, los embargó por 50 millones de pesos a cada uno. Es en el marco de la investigación por adjudicación de gasoductos a la empresa sueca.
Casanello lo acusó por los delitos de administración fraudulenta y cohecho. Se trata del primer caso de corrupción durante el gobierno de Néstor Kirchner, donde la compañía Skanska ganó la licitación para la ampliación de gasoductos en el norte y sur de Argentina.
Al parecer, habrían pagado sobornos a los funcionarios públicos utilizando facturas apócrifas justificando dichas erogaciones. El hecho fue descubierto tras una auditoría interna en la que fueron grabados exgerentes hablando sobre “comisiones indebidas”.