Hoy Córdoba elige a los representantes que gobernarán la provincia durante los próximos 4 años y el padrón ofrece algunas curiosidades, como la elección que se celebra en una pequeña colonia del sureste cordobés.
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Corral del bajo es un paraje rural ubicado en el Departamento Unión, a 14 kilómetros de Pozo del Molle. En la zona habitan unas seiscientas personas, que viven principalmente del tambo y la soja. Allí se encuentra la Escuela Valentín Alsina, donde cursan 60 alumnos.
Desde muy temprano y cuando el frío de la mañana todavía hacía tiritar, cinco personas preparaban el edificio para la votación. Dos autoridades de mesa (titular y suplente), un Fiscal público Electoral (Fipe), un fiscal partidario de la UCR y un policía. Es decir, 5 personas para 6 votantes.
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Dispusieron las mesas dentro de una de las aulas, colgaron los carteles obligatorios, las fajas de seguridad en los armarios, la urna en una mesa y se dispusieron a esperar a los electores. La mesa fue inaugurada por uno de ellos. Walter, presidente suplente, es peón de campo y vive en la zona. “Ya votó el 17% del padrón”, bromea alguien en el aula.
El clima es distendido y resulta una curiosidad el armado de semejante operativo. Según relata la directora de la escuela, en otros comicios el número era mucho más alto y votaban más de 250 personas. Ahora la mayoría vota en Pozo del Molle ya que aquellos habitantes que hicieron su DNI en el último tiempo, fueron anotados allí.
En las últimas elecciones, la justicia electoral fue trasladando los centros de votación más chicos hacia las ciudades cercanas. Por esto, podemos ver que por ejemplo Ciénaga de Brito, el paraje con el padrón más chico de la provincia, tiene solo 3 votantes que debieron ir a votar a una escuela de Cruz de Caña donde se juntaron con otras mesas.
La ley electoral dispone que, aunque ya haya votado todo el padrón, la mesa debe permanecer abierta hasta el cierre de los comicios, por lo que los cinco responsables de fiscalizar el acto eleccionario no podrán hacer el conteo de votos hasta las 18hs.
Mientras tanto, el mate y una buena charla de los vecinos sirven para amenizar la espera.
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