Personal policial detuvo a Brenda Uliarte, la joven de 23 años que está en pareja con Fernando Sabag Montiel, el hombre que atacó a Cristina Kirchner en la puerta de su casa del barrio porteño de Recoleta.
La detención se llevó a cabo por miembros del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA) de la Policía Federal Argentina (PFA) en la estación Palermo del ferrocarril San Martín. El procedimiento tuvo lugar por órdenes de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, que está al frente de la investigación por el intento de asesinato de la vicepresidenta.
El operativo se concretó a través de un trabajo de geolocalización del celular de la joven.
La magistrada había decretado el secreto de sumario en la tarde del domingo y sospecha que Sabag Montiel no habría actuado solo en la agresión a la expresidenta. Las llamadas enviadas y recibidas en el celular del detenido también serían pruebas de la investigación. Sumado a esto, según pudo saber Infobae, las cámaras de seguridad demostraron que Uliarte tuvo contacto con su pareja el día del intento de magnicidio.
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Exposición previa
La joven había dado una entrevista en el canal de televisión Telefe el viernes, en la que se presentó como Ámbar y se mostró sorprendida por la conducta de su novio. “La verdad no encuentro explicación, yo no pensé que fuera una persona así, estoy perpleja como todos ustedes”, aseguró en la nota.
En la tarde del domingo, Brenda hizo un vivo en su cuenta de Instagram en el que contestó algunas preguntas sobre el ataque a Cristina Kirchner, y se desligó del episodio. Sin embargo, poco tiempo después cerró todas sus redes sociales.
Declaraciones
En el transcurso del domingo, Mario Pablo Borgarelli, quien ante los medios primero se autodenominó "amigo" y después "conocido" de Sabag Montiel, declaró ante la Justicia como testigo.
De acuerdo a fuentes judiciales, la jueza Capuchetti recibió las declaraciones de los peritos informáticos de la Policía Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que explicaron lo que hicieron con el celular del acusado, su tarjeta SIM y el chip, teniendo en cuenta el “reseteo” que sufrió.