En nuestro país son más los niños pobres que aquellos que tienen sus necesidades básicas cubiertas.
Según los últimos datos publicados por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (Odsa) de la Universidad Católica Argentina, en el tercer semestre de 2022 el 52,7% de los menores de 17 años se ubicaban bajo la línea de pobreza. Por su parte, el 10,10% era indigente, lo que quiere decir que no contaban con los recursos necesarios para alimentarse.
Estos pueden parecer números fríos pero afectan la realidad de cerca de 8 millones de chicos. Y la situación parece ser cada vez más crítica: desde 2019 la pobreza en menores creció casi 3 puntos, aunque en ese período la indigencia también disminuyó.
Como muestra el gráfico anterior, el número de niños pobres alcanzó un pico en 2020, justo después del primer año de la pandemia por el Coronavirus y las medidas del aislamiento social preventivo y obligatorio anunciadas por el gobierno de Alberto Fernández. Desde entonces empezó un leve pero sostenido retroceso.
Ahora resta ver cómo afectará a estos grupos la actual crisis económica. Cabe recordar que en los últimos 12 meses la inflación ya superó al acumulado de 2022 por más de 18 puntos.
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Se espera que la devaluación del 22,5% anunciada por el Banco Central esta semana acentúe y acelere la suba de precios, lo que tendrá un impacto directo en los bolsillos de todas las familias.
Los costos de crianza, en aumento
Esta semana el Indec dio a conocer otro dato sobre la delicada realidad de las familias en Argentina. La canasta de crianza aumentó en promedio un 144,3% en los últimos 12 meses, casi 31 puntos por encima de la inflación.
Así, en julio de este año para hacerse cargo de un hijo hicieron falta entre $105.817 y $142.436 (dependiendo de su edad). En todos los casos el principal costo fue el de cuidado, que implica el tiempo requerido para atender las necesidades de los chicos.
Los desafíos económicos de ser padre
Los datos de un estudio publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) muestran el enorme desafío económico que implica la paternidad. En 2021 el 6% de las parejas sin hijos se ubicaron bajo la línea de pobreza mientras que en el caso de aquellas con chicos a cargo este número ascendió 23,5 puntos, hasta el 29,5%.
La situación fue aún más delicada en los hogares monoparentales, donde un solo adulto se hizo cargo de menores. En esos casos, el índice de pobreza llegó hasta el 34,4%. El siguiente gráfico muestra que esa desigualdad fue una constante entre 2019 y 2021.