Con el cepo cambiario y las trabas para comprar dólares, los ahorristas argentinos encontraron una manera de seguir obteniendo la divisa a un precio menor del que se consigue en el mercado negro. Consiste en buscar un tercero con una cuenta en dólares, que pueda comprar el cupo mensual máximo permitido de 200 dólares a cambio de una comisión.
Esta maniobra, que se denomina "puré", se hizo siempre en efectivo para evitar ser descubiertos. El problema es que con las restricciones de la cuarentena las operaciones comenzaron a hacerse de manera digital y los bancos notaron movimientos "inusuales" en las cuentas.
Se detectó que muchas personas con cuentas en dólares han recibido transferencias online en pesos por un valor cercano a los 200 dólares.
El pidió a las entidades llamar a los titulares de las cuentas para que justifiquen de donde vienen los fondos de las transferencias.
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Ante las que consideran operaciones sospechosas, los bancos decidieron impedir que esos clientes con “cuentas observadas” sigan accediendo a ellas a través del homebanking. Esos clientes conservan el acceso a sus cuentas en dólares, pero sólo en forma presencial en las sucursales bancarias. El dinero se puede retirar por caja sin inconvenientes, pero para acceder a la cuenta en forma online nuevamente se necesita presentar documentación respaldatoria del origen de los fondos.
Además, se detectó que personas no bancarizadas se abren cuentas gratuitas en bancos digitales y las utilizan para comprar dólares. A cambio de una comisión, luego reenvían esos dólares a la cuenta del comprador final.
Hoy, para comprar 200 dólares se requieren $19.500, es decir con un tipo de cambio de $97,50 que incluye el impuesto país. Esos dólares pueden ser vendidos en el mercado negro a un valor de hasta $130, por lo que esta maniobra permite ganar hasta $6.500.
Ante esto, el banco está citando a los clientes que están teniendo estas operaciones sospechosas.