Un 18 de enero de 2015, el país se vio conmocionado por el fallecimiento del fiscal Alberto Nisman, quien apareció con un disparo en la cabeza en su departamento de Puerto Madero, después de denunciar a la entonces presidente, Cristina Kirchner, cuando investigaba la causa AMIA.
A dos años de su muerte, que aún no logran esclarecer, más de mil personas se congregaron en la Plaza de Mayo para brindarle un homenaje. Familiares, amigos y dirigentes políticos dijeron presente. Sus hijas, Iara y Kala, prendieron una vela para inaugurar ese encuentro y exigir justicia.
“Aunque se perdieron dos años, esperemos que la impunidad no le gane a la verdad como pasó con la causa AMIA”, aseguró Luis Czyzewski, el papá de una víctima del atentado a la AMIA, al abrir el acto con su discurso.
También cargó contra la exmandataria por las frases irónicas en las redes luego de que se conociera que se reabrirá la causa en la que está acusada: “Quédese tranquila, si alguien la acusa por la muerte de Kennedy, todos la vamos a defender”.
El fiscal Germán Moldes se sumó a las críticas e insistió: “Pasándolo en limpio: Nisman murió por denunciar a Cristina Kirchner, el excanciller Héctor Timerman y los cinco grandes del buen humor que le hacen coro”.