Una escarapela glamorosa y una carterita con guiño patrio. Estas fueron las dos cosas más comentadas ayer del look elegido por Juliana Awada al acompañar al presidente Mauricio Macri en los actos conmemorativos de la Revolución de Mayo.
La primera dama elegió una sobria vestimenta, compuesta de un equipo de dos piezas, de una diseñadora argentina, Graciela Zitto. Llevó un vestido gris ceñido a la cintura con un pequeño cinto, falda a la rodilla y un tapado abierto sobre los hombros. Los acompañó con unos clásicos estiletos grises. Pero hubo dos detalles que fueron motivos de críticas y elogios en las redes.
En la solapa de su saco, Juliana lució una escarapela- broche, al estilo prendedor joya. Esta pieza, fue realizada de manera artesanal por el joyero argentino Celedonio Lohidoy, también elegido por la reina Máxima y hasta el diseñador internacional Kenzo. Lleva turquesas, perlas y mostacillas de oro.
Pero el accesorio que se llevó todas las miradas fue su clutch, un pequeño sobre transparente que sostuvo en sus manos, en cuyo interior se veía una bandera argentina. La cartera fue diseñada, paradójicamente, por Charlotte Olympia, una lujosa firma inglesa de accesorios y zapatos.
El "guiño" patrio fue festejado por muchos que vieron en el gesto de la primera dama un hermoso detalle tradicional, mientras que otros les disgustó que colocara allí dentro la insignia patria.
También hubo quienes la criticaron por repetir el vestido, algo que Awada hace normalmente, y que muchos ven como un intento de mostrar austeridad.
Sin embargo, especialistas en protocolo fueron contundentes en su análisis y no ahorraron elogios. Karina Vilella, directora del Centro Diplomacia, dijo que la primera dama "estaba protocolarmente impecable, muy distinguida, con los tonos acordes para una Iglesia, sin colores llamativos ni estridentes".