Esta semana la economía argentina batió dos récords y ninguno fue precisamente positivo. Por un lado, el Indec dio a conocer la inflación de marzo, que con un 7,7 por ciento fue la variación mensual más alta en los últimos 21 años. Por el otro, el dólar blue perforó el techo de los 400 pesos y alcanzó un nuevo máximo histórico.
Ambos datos evidencian la devaluación del peso. Algo no menor es que en el primer trimestre del año la suba generalizada de los precios le ganó a la divisa paralela. Acumuló 21,7 por ciento, prácticamente 10 puntos más que el blue, que a fines de marzo registraba un incremento del 11,82 por ciento.
Al mismo tiempo, el Gobierno avanzó con las microdevaluaciones del oficial. Llama la atención que aunque esto empujó un poco las cotizaciones en los arbolitos, también achicó la brecha cambiaria. En el período mencionado subió 32,80 pesos, es decir, un 17,76 por ciento.
Para el subdirector del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio, Fabio Ventre, es “difícil” encontrar una explicación a este fenómeno. Sin embargo, remarcó que mientras la inflación históricamente tiende a mantener un alza constante, la moneda paralela suele sufrir “ajustes bruscos”.
Los registros en lo que va del año respaldan su postura. El siguiente gráfico muestra las variaciones porcentuales que han tenido el blue, el oficial y la inflación en los primeros tres meses del 2023.
El informal arrancó el año creciendo más que las otras dos variables, con un salto del 7,55 por ciento. Sin embargo, tuvo un retroceso de casi el dos por ciento en febrero y desde entonces quedó por detrás de la inflación y el oficial
Qué esperar los próximos meses
Por esta naturaleza, para el economista no debería sorprender que el techo de 400 -que hasta entonces representaba “casi una barrera psicológica”-, se convierta en un nuevo piso. Y enfatizó: “No sabemos cuánto más puede subir pero de lo que estamos seguros es que hoy no hay argumentos para que baje”.
En cuánto a la brecha con el oficial, para Ventre el Gobierno continuará con los pequeños ajustes diarios, que “a esta altura son prácticamente una ‘tablita’”. “Si el Gobierno no devaluó de manera brusc en estos tres años, no lo va a hacer a meses de las elecciones”, sostuvo.
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Además, dijo que prevé un escenario inflacionario sostenido. No descartó un nuevo “plan platita” de cara a los comicios por parte del oficialismo, lo que aumentaría la emisión y podría profundizar la suba de precios.
Plazos fijos o dólar blue
Por su volatilidad, es muy difícil comparar al blue con los plazos fijos. Estos últimos tienen hoy una tasa de interés del 78 por ciento, es decir, un rendimiento del 6,4 por ciento mensual para los depósitos con vencimiento a 30 días (más de un punto por debajo de la inflación registrada en marzo).
También es cierto que su tasa efectiva anual es del 111 por ciento, por encima de la inflación estimada para 2023 por el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central, que proyecta que cerrará en 99,9 por ciento. Aunque cabe aclarar que en su última publicación ya tuvo que ajustar en dos puntos su previsión.
Ante tanta incertidumbre, Ventre cree que lo único que se puede hacer es “elegir la opción ‘menos peor’”, ya que ambas pueden implicar cierta devaluación.
“Quizás para el que quiera guardar esos pocos pesos que le quedan a fin de mes lo mejor es de plazo fijo”, remarcó. Lo más probable es que con esta herramienta el ahorrista pierda unos pesos ante la inflación, pero tendrá más liquidez.
Por eso, para el especialista el dólar es una opción para aquellos que quieran esperar al mediano o largo plazo. “Es una herramienta para el que, por ejemplo, está pensando en cambiar el auto”, concluyó.