Lujos, millones de dólares y mucho poder. Es hijo de un histórico sindicalista bonaerense, Antonio Balcedo, que cuando falleció asumió al frente del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (SOEME) como secretario general. Pero todo fue un escándalo porque no era un cargo hereditario. Sin embargo, siguió al mando y fue ganando cada vez más y más dinero.
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Marcelo Balcedo (54), ingeniero con un máster en Comunicaciones en Washington, Estados Unidos, fue detenido en Punta del Este, investigado por delitos tributarios y lavado de dinero. Lo tenían cercado y lo sorprendieron en el momento justo su mujer también fue apresada, Paola Fiege (33), cuando llegaba en un vehículo de alta gama.
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Pero nadie hubiera imaginado que, al momento de su detención, encontrarían tantas pertenencias costosas. Cayó en su chacra “El Gran Chaparral”, una imponente mansión ubicada en el balneario uruguayo de Piriápolis. Cuenta con 90 hectáreas y tenía una vista privilegiada en zona de cerros y mar.
En ese lugar tenía una flota de lujosos autos: un Mercedes Benz SLR McLaren plateado, que cuesta cerca de 490 mil dólares; una Ferrari California de color rojo, que vale cuesta cerca de 200 mil dólares; un Porsche 911 Turbo Cabriolet, de un valor de 265 mil dólares; un Chevrolet Camaro SS amarillo, que cuesta 100 mil dólares.
Como en una escena de Rápidos y Furiosos, la Policía secuestró los vehículos y varios cuatriciclos. Su mujer era titular de un Porsche, pero el resto no estaban a nombre de Balcedo.
Eso no es todo. El sindicalista llegó a Punta del Este en un avión privado que alquilaba por 105 mil dólares por mes. La nave, patente N619ML de la empresa Matriz Aviación, es un Gulfstream IV. Según el modelo, el costo de fabricación puede ir desde los 33 hasta los 38 millones de dólares.