Lázaro Báez tuvo un sorpresivo cambio de actitud. Por primera vez, respondió preguntas en tribunales ante el juez federal Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Rívolo. En el marco de la investigación de la causa Los Sauces, declaró durante dos horas sobre la relación que tenía con la familia Kirchner.
El empresario debió declarar porque el Grupo Austral Construcciones representó el 23 por ciento de la facturación de la sociedad de la familia presidencial. Sin embargo, negó cualquier irregularidad en la contratación de propiedades.
“No tengo relación con Cristina Fernández de Kirchner, solo respeto por ser la mujer de Néstor Carlos Kirchner”, respondió cuando Rívolo le preguntó de manera puntual sobre su vínculo con la expresidenta.
Además, sostuvo que no tuvo mucho contacto con Máximo, sólo lo vio “un par de veces” y, a Florencia, “sólo cuando murió su padre” porque “siempre ha estudiado en la ciudad de Buenos Aires”. Definió a Néstor como “su amigo personal”.
También se defendió cuando fue interrogado por la razón en que continuó la relación con la inmobiliaria Los Sauces después de la muerte de Kirchner. Aseguró que los vínculos comerciales de sus empresas tenían que ver con la necesidad de conseguir dónde hospedar a los empleados que llegaban a otros lugares para realizar obras.