La nueva batalla interna del kirchnerismo tiene un nombre que sobresale por encima de todos: Lázaro Báez.
Con pocas horas de diferencia, Alicia Kirchner y Ricardo Echegaray intentaron despegarse del investigado empresario que acumuló una fortuna durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Pero él ya no se queda callado. "Que Alicia no pierda la memoria. El silencio es salud", señaló.
Primero fue la gobernadora de Santa Cruz quién declaró que su familia "jamás fue socia de Lázaro Báez". Luego, el ex titular de la AFIP le dijo a Nelson Castro que Báez terminaría "preso". Lázaro respondió que tanto Alicia como Echegaray no pueden justificar su patrimonio, pero él sí.
“Báez está enojado con Cristina por la situación de su hijo (Martín), si cae él se pudre todo”, contó un allegado al empresario, según publica el diario Clarín. Está claro que todos intentan desvincularse de Báez, después de las imágenes de su hijo contando grandes cantidades de dinero en "La Rosadita", la financiera de Federico Elaskar.
Baez administró los hoteles de los Kirchner hasta diciembre de 2013. Además, Cristina y el empresario comparten en condominio un terreno de más de 80.000 metros cuadrados y ella logró ampliar su hotel Los Sauces sobre tierras de Austral Construcciones.
Además, hoy se conoció que en el año 2003, Alicia Kirchner le vendió su casa de Río Gallegos a Lázaro Báez. Fue un pedido para poder poder justificar la compra de su nuevo departamento en Capital Federal, según publicó Infobae. Se trata de un chalet en la calle Tierra del Fuego del barrio Codepro. La operación habría sido por poco menos de 100 mil dólares, aunque se escrituró por un valor fiscal menor.