La emoción invadió el estudio de Buenas noches familia. Entre lágrimas, abrazos y aplausos, Leo, un churrero del barrio, tomó el micrófono para cumplir un sueño: cantar por amor a su sobrina Eluney, una nena de ocho años que enfrenta un tratamiento médico delicado.
La familia contó que muchas veces la familia no puede costear los traslados necesarios para asistir a los turnos de la niña de ocho años.
“No pueden llegar porque se dificulta pagar los remises. El tema es que es muy peligroso para ella viajar en colectivo”, explicó el conductor Guido Kaczka, al presentar la historia.
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Conmovida, Diana contó frente a las cámaras la realidad que viven día a día: “La casa necesita arreglos urgentes. Nos falta hasta lo mínimo para que ella tenga condiciones de vida llevaderas”, admitió con la voz quebrada.

Entonces fue el turno de Leo. Con una mezcla de nervios y esperanza, cantó con el alma, dedicando cada palabra a su sobrina. Su interpretación, sincera y llena de amor, conmovió a todos en el estudio y a los televidentes.
La noche terminó con emoción, aplausos y una recompensa inesperada: $103 millones de pesos, un premio que cambiará la vida de la pequeña.



