Aunque no lo dijo, en cuanto Fabrizio abrió la boca todos se dieron cuenta que era cordobés. Y como buen hijo de la provincia mediterránea, el joven divirtió a todos en Los 8 Escalones con sus ocurrencias y su inconfundible tonada.
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En primer lugar, sorprendió a todos al revelar sus pasatiempos como deportista extremo, entre los que se encontraban el trekking, el rapel, el paracaidismo y la escalada de montaña. "Estoy ileso todavía", aseguró, con una sonrisa de oreja a oreja.
"Es la primera vez que viene a Buenos Aires, le gustó San Telmo", contó Guido Kaczka al presentarlo. El diálogo con el conductor que siguió hizo reír a todos los participantes, que se divirtieron con las ocurrencias del cordobés.
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-Me cansé de comer.
-¿De?
-De comer, muy bueno. Me dijeron 'andá a comer pizza'... listo.
-¿Pizza comiste? Una, dos, tres porciones...
-Si lo digo después quedo mal en el gimnasio.
-¿Trabajás en el gimnasio?
-Sí, también trabajo ahí.
Tal vez el intercambio no fue tan gracioso en su contenido, pero su tonada cordobesa de nivel 8 en la escala de La Mona Jiménez le aportó esa picardía tan típica de estas latitudes, que tanta simpatía despierta en el resto del país.